El presidente Donald Trump ordenó el jueves a sus asesores que procedan con los aranceles sobre cerca de US$200.000 millones más en productos chinos, a pesar del intento del secretario del Tesoro de reanudar las negociaciones con Pekín para resolver la guerra comercial, según cuatro personas con conocimiento del asunto.
Pero el anuncio de la nueva ronda de aranceles se ha retrasado mientras la administración considera revisiones basadas en las inquietudes planteadas en los comentarios públicos, señalaron las fuentes.
Trump se reunió el jueves con sus principales asesores comerciales para analizar los aranceles a China, incluido el secretario del Tesoro, Steven Mnuchin, el secretario de Comercio, Wilbur Ross, y el representante de Comercio de Estados Unidos, Robert Lighthizer, según las fuentes. Mnuchin encabezó una propuesta reciente a los chinos para reanudar las conversaciones comerciales.
El período de comentarios públicos para una lista de aranceles sobre aproximadamente US$200.000 millones en productos chinos concluyó la semana pasada, y Trump dijo que los aranceles se impondrán "pronto". La nueva ronda sería adicional a los US$50.000 millones en productos chinos que ya enfrentan un gravamen del 25 por ciento.
Los chinos han tomado represalias con aranceles sobre una cantidad equivalente de exportaciones de EE.UU., y han prometido igualar las futuras rondas de aranceles que aplique el país.
Antes de su reunión del jueves, Trump se jactó en Twitter de que tiene la ventaja en la disputa comercial con Pekín y no siente "ninguna presión" para resolver la disputa.
Su comentario moderó el optimismo cauteloso entre los inversores sobre la propuesta del gobierno estadounidense para otra ronda de conversaciones con Pekín. La noticia el miércoles de que EE.UU. tomó la iniciativa para reanudar las negociaciones provocó un alza en las acciones de EE.UU. y en los activos de los mercados emergentes.
Trump amenazó la semana pasada con un tercer tramo de aranceles sobre otros US$267.000 millones de importaciones chinas, lo que significaría imponer aranceles a casi la totalidad de lo que China exporta a EE.UU. Trump dijo en ese momento que esos aranceles estaban "listos para aplicarse con poco tiempo de aviso", pero la administración todavía no ha publicado una lista para comentarios públicos.
Los esfuerzos para terminar la disputa han fracasado hasta el momento. Funcionarios de ambos países se han reunido cuatro veces para conversaciones formales, la última vez en agosto, cuando el subsecretario de asuntos internacionales del Departamento del Tesoro, David Malpass, lideró las conversaciones en Washington con el viceministro chino Wang Shouwen.
La Casa Blanca ha intentado presionar a Pekín para que reduzca su superávit comercial con EE.UU. y proteja los derechos de propiedad intelectual de las empresas estadounidenses, que afirma que han sido violados en China.