Ghislaine Maxwell pasó los últimos meses en una propiedad aislada de 63 hectáreas, escondida en los bosques de Bradford, New Hampshire, el tipo de refugio de lujo al que se ha acostumbrado como novia de Jeffrey Epstein. Ahora, sin embargo, tiene que lidiar con alojamientos mucho menos glamorosos.
Sus nuevos aposentos quedan en el Centro de Detención Metropolitano en Brooklyn, Nueva York, un recinto polvoriento adyacente a la costa y la autopista en Sunset Park. Es un lugar tan infame que una jueza magistrado dijo una vez que estaba reacia a enviar mujeres allí debido a las condiciones “inadmisibles”.
Maxwell, de 58 años, ha estado bajo custodia estadounidense desde su arresto el jueves en New Hampshire por múltiples cargos, entre ellos conspiración para atraer a niñas menores de edad a participar en actos sexuales ilegales con Epstein desde 1994 hasta 1997. Epstein se ahorcó en una cárcel federal en Manhattan mientras esperaba juicio por cargos federales de tráfico sexual.
Maxwell acordó comparecer ante un juez en Manhattan por videoconferencia desde la cárcel el 14 de julio, cuando es probable que sea acusada formalmente y presente una declaración de culpabilidad.
Desde diciembre, los fiscales dicen que Maxwell se ha estado “escondiendo” en la extensa mansión de cuatro dormitorios y cuatro baños en New Hampshire con techos de catedral, un granero y vistas a las laderas del Monte Sunapee desde todas las habitaciones. La casa fue descrita por Sotheby’s como “un refugio increíble para el amante de la naturaleza que también quiere total privacidad”.
Pero el lunes, funcionarios de la Oficina de Prisiones de EE.UU. confirmaron que Maxwell fue trasladada de una cárcel de New Hampshire al Centro de Detención Metropolitano (MDC, por sus siglas en inglés), una cárcel federal que alberga a más de 1.600 reclusos y reclusas.
Nadie quiere ir a la cárcel, pero las condiciones descritas en MDC han sido objeto de numerosas quejas y escrutinio.
A principios de 2019, cientos de reclusos de MDC estuvieron encerrados temblando de frío en sus celdas durante al menos una semana después de que un cortocircuito generara un apagón en el edificio. Los reclusos pasaron algunos de los días más fríos de ese invierno en la oscuridad, en gran parte sin calefacción ni agua caliente.
A través de los años, investigadores federales han concluido que la cárcel figura entre las peores del sistema de la Oficina de Prisiones de EE.UU., y descubrieron que han golpeado, violado o retenido en condiciones inhumanas a prisioneros. Dos reclusos murieron recientemente.