Patricia Bullrich fue la primera mujer en ocupar, en 1990, el cargo de secretaria de Política Criminal y Asuntos Penitenciarios del ministerio de Justicia y Derechos Humanos de la Nación. Desde entonces, integró gabinetes de distintos gobiernos como los de Fernando De la Rúa y Mauricio Macri, siendo una de las pocas mujeres con presencia sostenida en la cumbre de la política nacional.
Sin embargo, su trayectoria no expresa una tendencia general. “En la historia de nuestro país, la cantidad de mujeres en gabinetes de ministros no debe llegar a 30. En cambio, los varones entran y salen constantemente de cargos políticos”, expresó Mercedes D'Alessandro, economista y escritora en la mesa de "Soy casta", emitido por el canal Bravo TV de lunes a viernes a las 19.
Los datos respaldan la afirmación. Según un informe del Centro de Implementación de Políticas Públicas para la Equidad y el Crecimiento (CIPPEC), a nivel nacional sólo el 22% de los cargos políticos principales está ocupado por mujeres. Además, la mayoría de dichos cargos se concentraron en áreas asociadas a roles tradicionalmente "feminizados", como Desarrollo Social, Salud o Educación.
“Patricia fue la mujer de muchos gabinetes. Sin embargo, en el feminismo peleamos por la participación de las mujeres, pero no unas anticonservadoras o antiderechos sino de aquellas que tengan una perspectiva de inclusión y colectividad”, reclamó D'Alessandro, aludiendo al perfil conservador de la funcionaria.
Por otro lado, la ley de Paridad de Género, sancionada en 2017, estableció la obligación de intercalar varones y mujeres en las listas legislativas. Sin embargo, la lógica no se replica en el armado de gabinetes, donde las designaciones son potestad exclusiva del poder Ejecutivo.
“Si no tuvieron paridad durante la presidencia de Alberto, olvidate, ahora no la van a tener tampoco”, señaló el analista Raúl Timerman, expresando cierto pesimismo respecto del futuro inmediato en materia de igualdad de género en la política.
Para D'Alessandro, la causa del fenómeno es cultural y sistémica: “Los varones trabajan mucho entre varones. Se trata de costumbre, de cuestiones de discriminación y machismo. A ningún varón le cuestionan la paternidad. Sin embargo, si una mujer ocupa un cargo político y debe asistir a una reunión durante fin de semana, le cuestionan por qué no está cuidando a su hijo”, ejemplificó.
Más allá de las cifras, el debate sobre la representación de las mujeres en la política argentina sigue abierto. Para muchas referentes feministas, la paridad no se trata solo de cantidad sino también de qué tipo de voces se incorporan al poder y con qué agenda.
BR / FPT
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