El proceso de las frutas y verduras pasa por diferentes intermediarios hasta que llega finalmente al consumidor. Este trayecto encarece los productos, agrandando la brecha entre lo que percibe el productor y lo que paga el consumidor final.
Para indagar sobre este tema, nos comunicamos con Pablo Vernengo, director ejecutivo de Economía Regional de la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), quien confirmó que, “hay un 250% de diferencia entre lo que el consumidor está pagando y lo que percibe el productor”. Y ejemplificó: “Por cada $3,50 que paga el consumidor, el productor recibe $1”.
Con respecto a esa distorsión, Vernengo contó: “El producto sale de la finca, va al mercado central, donde se manda esa mercadería a, más o menos, 900 operadores que cobran una comisión por colocarlos”.
Y agregó que, “la comisión que se lleva el operador comercial está entre el 10 al 20%, probablemente muy superior a lo que el productor tenga como rentabilidad, que no llega al 7%”.
"A todo esto hay que sumarle el mercado minorista y los altos costos impositivos, los cuales significan entre un 38 al 43%, según el producto", explicó el experto.
Para Vernengo, el sector frutihortícola está totalmente distorsionado “por un montón de actores que quieren llevarse una renta, olvidándose del productor”, al cual hay que asegurarle un ingreso “para que pueda volver a invertir y aumentar la productividad”.
Los productos con mayor brecha
Para finalizar, ejemplificó con los productos que tienen en la actualidad la brecha más alta: “El limón sale casi 15 veces lo que paga el consumidor de lo que percibe el productor. Después está la naranja, que se paga 8 veces más. Le sigue la zanahoria y la cebolla, con 7”.
Por otro lado, Vernengo dijo que los productores no son formadores de precios. "Los productos salen al operador del mercado en comisión, no existe ningún riesgo financiero para el operador". "Hoy, el productor subsiste a la crisis rotando la cantidad de productos, haciendo diferencia con alguno", concluyó.
