Cuando su mujer le propuso alquilar un castillo inflable para el cumpleaños de uno de sus hijos, Raúl Bisbal fue tajante: "Ni loco".
El jefe del Servicio de Traumatología Infantil del Hospital porteño Pedro de Elizalde y miembro del staff del Hospital Universitario Austral dice que ya vio a demasiados niños en edad escolar sufrir lesiones por el uso de inflables como para tolerar uno de estos juegos infantiles en su jardín.
"No hay control sobre los castillos inflables y los chicos se lastiman. En el hospital atendí cantidad de esguinces, fracturas de piernas, de brazos, de codos…Tuvimos también casos de traumatismos de cráneo importantes, porque los chicos más pequeños suelen caerse del inflable al piso. Esos son los accidentes más graves", le contó a PERFIL.