Un nuevo estudio científico, que hizo uso de una hidro-simulación, sugiere que nuestra última línea de defensa contra el impacto de un asteroide en la Tierra es una estrategia eficaz después de todo.
Aunque suene a películas de ciencia ficción, resulta que, de hecho, puede ser posible llevar a cabo una "disrupción tardía de cuerpo pequeño" que reduciría la masa de impacto en un factor de 1.000 o más para los asteroides más pequeños, lo que significa que el 99,9 por ciento de la masa no llegaría a la Tierra.
Este escenario solo sería en el caso en que el tiempo de aviso sea demasiado corto para realizar una desviación con un dispositivo nuclear o un impactador cinético de algún tipo, en la que el asteroide es empujado suavemente por un cambio de velocidad relativamente pequeño, mientras se mantiene el grueso del asteroide.
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Así, en caso de emergencia, y como "último recurso" –cuando falta menos de un año para que se produzca el impacto–, los últimos cálculos sugieren que este tipo de defensa (disrupción) sería "muy eficaz" para proteger contra los impactos de asteroides.
“Estos últimos cálculos sugieren que dicha defensa es muy eficaz’ para protegernos de los impactos de asteroides cuando faltan menos de un año para el impacto, por lo que todos podemos dormir un poco más tranquilos en nuestras camas”, dijo la revista Science Direct.
Disrupción nuclear, una defensa muy eficaz contra asteroides, pero como último recurso
El físico Patrick King, de la Universidad Johns Hopkins de Maryland y autor principal del estudio publicado en Acta Astronautica, dijo que la principal conclusión del trabajo fue que la disrupción nuclear es una defensa de último recurso muy eficaz.
"Nos centramos en el estudio de las disrupciones 'tardías', es decir, cuando el cuerpo que impacta se rompe poco antes de hacerlo", explicó King en un comunicado de prensa del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
"Cuando se dispone de mucho tiempo, normalmente en escalas de tiempo de una década, se suele preferir el uso de impactadores cinéticos para desviar el cuerpo que impacta", agrega.
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Los modelos que elaboraron los investigadores analizaron el impacto de una bomba nuclear de 1 megatón de potencia contra un asteroide de 100 metros de ancho (una quinta parte del tamaño aproximado de Bennu). El equipo utilizó un programa informático especializado, llamado Spheral, para calcular dónde irían a parar estos trozos de roca por efecto de la gravedad y otras fuerzas.
"Uno de los retos a la hora de evaluar la disrupción es que hay que modelar todas las órbitas de los fragmentos, lo que suele ser mucho más complicado que modelar una simple desviación", afirma King. "No obstante, tenemos que intentar abordar estos retos si queremos evaluar la disrupción como una posible estrategia".
Los científicos aseguraron que el trabajo aborda un objetivo importante definido en la Estrategia Nacional de Preparación para Objetos Cercanos a la Tierra (NEO) y el Plan de Acción de la Casa Blanca: mejorar el modelado, la predicción y la integración de la información sobre los NEO.
Se sabe que la agencia espacial estadounidense (NASA) y otras agencias están invirtiendo cuantiosas sumas de dinero en sistemas de defensa planetaria, especialmente cuando se trata de detectar asteroides potencialmente peligrosos lo antes posible.
"Nuestro grupo sigue perfeccionando sus enfoques de modelización de la desviación y la interrupción nuclear, incluidas las mejoras en curso de la modelización de la deposición de energía de los rayos X, que establece las condiciones iniciales de explosión y choque para un problema de interrupción nuclear", afirma la física Megan Bruck Syal, del Laboratorio Nacional Lawrence Livermore.
ds