Ayer en Copenhague culminó la reunión del Panel Intergubernamental de Cambio Climático (IPCC) con la redacción del quinto informe que servirá de orientación, como también de advertencia, a quienes toman las decisiones a escala mundial en las futuras negociaciones de los países destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero que llevan al aumento del calentamiento global.
“Las concentraciones de gases de efecto invernadero como consecuencia de las emisiones de origen humano son las mayores en por lo menos 800 mil años y son una de las causas principales del calentamiento observado en el planeta desde la segunda mitad del siglo XX”, aseguró desde Copenhague, el argentino Vicente Barros, miembro del comité ejecutivo del IPCC. El informe es resultado del trabajo de 800 científicos de noventa países que evaluaron 30 mil investigaciones sobre cambio climático publicadas en revistas con referato desde 2007.
Una de las conclusiones del informe es que “los impactos del cambio climático se están observando en todos los continentes”, destacó Barros, doctor en Meteorología. Si bien el informe es a nivel mundial, los estudios marcan como impactos en la Argentina un retroceso de los glaciares, aumento del promedio anual de precipitaciones en el este del país y de la frecuencia de las lluvias intensas o extremas. “El informe también refiere a zonas de calor y nosotros ya estamos padeciendo olas de calor, como hace pocos días atrás”, comentó Barros.
La preocupación principal de los científicos es advertir sobre la necesidad de reducir las emisiones de gases para no pasar los 2º centígrados de aumento de temperatura global. “Ya estamos a 7 décimas de esos 2º. Si se superan, las consecuencias serán severas como la pérdida de sistemas ecológicos únicos de los polos, de las selvas y los corales y problemas graves de fenómenos climáticos extremos”.
Además, los océanos sufrirán un proceso de acidificación debido a la absorción de dióxido de carbono que interferirá en el desarrollo de la vida en ellos y que ya está sucediendo en algunas regiones polares.
“Si no hay ningún tipo de reducción de las emisiones y siguen en el estado actual, la temperatura del plantea llegará a un aumento de 4º para el año 2100. Ese es un promedio global, pero en los continentes puede ser de mucho más y en ciertos lugares llegar a los 8 o 10 grados. El aumento se daría paulatinamente”, advirtió Barros.
Para impedirlo, se necesitan medidas que ya no dependen de los científicos sino de los políticos, y así las expectativas se dirigen a las próximas Conferencias de las Partes como las que se desarrollarán en Lima en diciembre y en París en 2015. En esta última se espera renovar el Protocolo de Kioto destinado a reducir las emisiones de gases causantes del calentamiento global.
“Es probable que en diciembre no haya resultados fundamentales. Es un paso previo a la reunión de París en la que se espera que los países tomen compromisos”, adelantó Barros. El científico agregó que en París se van a tomar decisiones pero que no serán lo suficientemente importantes como para frenar el calentamiento global. “Hay que tener en cuenta que se está tratando de cambiar el sistema de producción del planeta basado en energías fósiles, y no es algo sencillo”.