Un cohete de SpaceX despegó el jueves hacia la Estación Espacial Internacional (ISS) con lo necesario a bordo para llevar a cabo una serie de experimentos científicos. Dentro de los habitantes de aquella aeronave, se encontraban 128 calamares bebés.
La nave, cuyos servicios son contratados por la Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio (NASA), fue lanzada desde Florida . La cápsula Dragon se desprendió del cohete Falcon 9 aproximadamente 12 minutos después del despegue.
El sábado debe acoplarse a la ISS. Como fue mencionado con anterioridad, en su interior viajan ejemplares jóvenes de una especie de calamar que servirán para estudiar el efecto de la ingravidez en las interacciones entre bacterias y sus hospedadores.
Una vez allí, algunos de los calamares serán expuestos a bacterias. Los otros se mantendrán intactos. Después de un período de 12 horas, todos serán congelados hasta que regresen a la Tierra, donde serán analizados y estudiados con mucho detenimiento.
"Los animales, incluidos los humanos, dependen de los microbios para mantener saludables sus sistemas digestivo e inmunológico", explicó Jamie Foster, responsable principal del experimento, citado en un breve comunicado de su autoría.
"Todavía no entendemos completamente cómo los vuelos espaciales alteran estas interacciones", precisó. El experimento podría ayudar en el futuro a desarrollar técnicas para proteger la salud de los astronautas que participan en misiones a largo plazo.
También a bordo del cohete de SpaceX viajan tardígrados, también conocidos como osos de agua, unos organismos microscópicos conocidos por su resistencia. Los científicos quieren estudiar cómo se adaptan fácilmente en el espacio.
Fueron elegidos por su capacidad para atravesar por condiciones extremas, incluido el vacío del espacio exterior por un corto tiempo, según la NASA. En total, la misión de reabastecimiento lleva más de 3.000 kg de carga.
JFG