La Justicia argentina ya ha hecho excepciones en lo que se refiere al trasplante renal con donantes vivos no relacionados (familiares). El caso más paradigmático fue el de la cantante Sandra Mihanovich, quien en 2012 le donó su riñón a su ahijada Sonsoles Rey Obligado. A pesar de que Sandra y Sonsoles no tenían lazos sanguíneos, pudieron acreditar su vínculo de amistad y el juez civil y comercial Alejandro Jorge Nóbili autorizó la donación.
“Después de dar vida me siento más fuerte que nunca”, dijo Mihanovich tras la cirugía.
Otro caso donde intervino la Justicia fue el de las mellizas Marisol y Maribel Oviedo, quienes padecían fibrosis quística y necesitaban un trasplante pulmonar. Ante la falta de donantes cadavéricos, la Justicia cordobesa autorizó el trasplante de lóbulos pulmonares de donantes vivos. Esta última práctica no estaba considerada en la Ley de Trasplantes de Órganos y Tejidos. Finalmente, Maribel recibió dos lóbulos pulmonares de sus padres en San Pablo, Brasil, mientras que Marisol falleció mientras esperaba el trasplante en Argentina. A partir del caso de las mellizas Oviedo, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó en febrero de 2012 el decreto 239/12 para incluir el trasplante de pulmón con donantes vivos entre las practicas médicas permitidas.
¿El caso Lanata podrá modificar la Ley de Trasplantes para incluir el renal cruzado? Los especialistas en nefrología aguardan el trámite judicial con expectativa porque creen que impulsará un debate sobre una práctica que beneficia a los pacientes con insuficiencia renal crónica. “Esta estrategia médica debería ser considerada por la comunidad científica y por el Incucai”, opinó Pablo Raffaele, de la Sociedad Argentina de Nefrología. Por ejemplo, en España, el programa de trasplante renal cruzado comenzó en 2009 y ya llevan realizadas más de cien intervenciones.
Una práctica no legislada
En Argentina, el trasplante renal cruzado no está considerado. La Ley de Trasplantes (Nº 24.193) no lo reglamenta. El artículo 15 prevé la donación entre vivos sólo con fines de trasplante y entre personas relacionadas (parientes consanguíneos o por adopción hasta cuarto grado). Según explicó el Incucai, la misma ley establece que toda situación no contemplada en ese artículo debe ser resuelta por una autoridad judicial. Por eso, Jorge Lanata debió recurrir a la Justicia para que autorice la nueva práctica “garantizando que efectivamente se trate de un acto de carácter voluntario, altruista, desinteresado y solidario”.
En Argentina en 2014 se realizaron 378 trasplantes renales con donante vivo, de los cuales trece fueron con dador no relacionado tras recibir la autorización judicial correspondiente. Para el Incucai, “el trasplante con donante vivo cruzado se encuadra en esta misma situación, por tratarse de un donante no relacionado familiarmente”. El trasplante cruzado es aquel donde dos receptores, cuyos donantes vivos relacionados son médicamente incompatibles, intercambian sus donantes. “Al producirse este intercambio, la situación debe ser contemplada como donante vivo no relacionado e instar el procedimiento judicial descripto para poder llevar a cabo el trasplante”, dijeron fuentes del organismo que depende del Ministerio de Salud de la Nación.