El desastre ambiental que azota al territorio australiano generó una fuerte respuesta política que tomó la forma de movilizaciones donde miles de personas salieron a las calles de varias ciudades pidiendo medidas efectivas para combatir los incendios y también nuevas políticas capaces de hacerle frente al cambio climático.
Las marchas, organizadas por la organización estudiantil nacional Uni-Students for Climate Justice, se realizaron en los mayores centros urbanos, incluyendo Melbourne, Sydney, Brisbane y Perth, y los observadores indicaron que son una muestra del descontento público, causado por una seguidilla de meses con incendios forestales en aumento. También contribuyeron las imágenes difundidas con daños a la fauna.
El impacto del fuego sobre la biodiversidad es enorme: la ministra de Ambiente de Australia, Sussan Ley, estimó que el 30% de la población de koalas del país murieron, un golpe devastador para una especie que ya está en declive y puede acelerar su extinción.
Las protestas callejeras resaltan que el actual primer ministro australiano, el conservador Scott Morrison, hizo en el pasado reciente una serie de declaraciones públicas mostrando su apoyo a la postura negacionista respecto a la influencia de las actividades humanas sobre el proceso de calentamiento global. Y por eso sobresalen carteles con leyendas tales como “Cambio de políticas, no de clima”, reflejo de la creciente toma de conciencia sobre el cambio climático generada por los devastadores incendios. Bajo esa consigna los movilizados pidieron –entre otras cosas– una reducción de las exportaciones australianas de carbón, que figuran entre los ítems más importantes de la economía de ese país.
Los organizadores de las movilizaciones resumieron sus demandas en cinco consignas: financiamiento para los bomberos, ayuda para las comunidades afectadas, soberanía de la tierra y del agua para las comunidades aborígenes, y comenzar una transición inmediata hacia el uso de energías renovables, además de una “transición justa” para los trabajadores de la industria de los combustibles fósiles.
Hasta ahora el gobierno ha asignado US$ 1.400 millones para reconstruir infraestructura destruida por los incendios como caminos, escuelas e instalaciones de salud.
En apoyo de la movilizaciones australianas, varias organizaciones ambientalistas y partidos de izquierda de Argentina se concentraron ayer frente a la embajada de Australia en Buenos Aires.