CIENCIA

Por la ola de calor, crecen los casos de ‘insomnio ambiental’

Los trastornos del sueño favorecen el cansancio y el mal humor. Consejos para dormir bien.

Letargo. El calor veraniego hace que sea habitual no poder conciliar el sueño. En consecuencia, aumentan el cansancio, la somnolencia diurna y la irritabilidad.
| Cedoc

La sensación de despertarse acalorado, fastidioso y sin haber descansado lo suficiente se convirtió por estos días en algo frecuente entre los porteños. Es que con las altas temperaturas, lejanas a los 20 o 22ºC ideales para dormir, conciliar el sueño y lograr un descanso reparador se volvió una misión imposible, que se agrava si no se cuenta con aire acondicionado o ventilador.

Por la ola de calor que atraviesa la ciudad de Buenos Aires, con una máxima que ayer rozó los 40ºC, crecen los casos de insomnio ambiental; es decir, el que se produce por factores climáticos o el ruido. Si bien se trata de un problema pasajero, ya que se estima que la mayoría de las personas no lo padece durante el resto del año, inclusive la OMS rconoce que el 20% de la población sufre en forma transitoria dificultades para conciliar el sueño y  permanecer dormido.

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“La temperatura elevada es uno de los factores que interviene en los trastornos del sueño derivados de cuestiones ambientales, llevándose el 5% de los casos diagnosticados, aunque no contamos con estadísticas certeras porque es mucha la gente que decide no consultar”, comentó a PERFIL Daniel Vigo, investigador del Conicet y docente de la UCA.

“Notamos que hay más consultas por trastornos del sueño que empeoran con el calor, como por ejemplo el síndrome de piernas inquietas o bien las cefaleas. Aunque el golpe de calor ocurre durante el día, se relaciona con la disminución de la calidad de vida que provoca no dormir bien”, señaló María Celia Daraio, integrante de la unidad de Medicina del Sueño del Instituto de Neurociencias de la Fundación Favaloro, quien además advirtió sobre la posibilidad de que el insomnio de verano se cronifique. “Hay ciertas conductas o estados que el cerebro va aprendiendo, aunque no es algo habitual”, sostuvo.

Causas. En verano se duerme peor por diversos factores. Uno de ellos es la incapacidad del organismo para regular su temperatura. “Cuando dormimos, la temperatura corporal disminuye. Pero si la diferencia entre lo que ocurre en el organismo y lo que pasa en el ambiente no es significativa, este proceso no se cumple del todo y la capacidad para disipar el calor es menor. Por eso resulta muy complicado lograr un sueño profundo”, explicó a PERFIL Daniel Pérez Chada, director de la Clínica del Sueño del Hospital Universitario Austral. Por otro lado, al haber más horas de luz la melatonina, que es una hormona fundamental para conciliar y mantener el sueño, comienza a segregarse más tarde. “Por esta combinación de razones, en verano se afecta la primera parte del sueño, la parte media y el despertar ya que habitualmente amanecemos antes por el excesivo calor”, agregó Vigo.

La falta de horas de sueño tiene consecuencias muy evidentes durante el día, como el cansancio, una excesiva somnolencia y la incapacidad para concentrarse. “Por lo general después de una noche en vela, y más aún cuando éstas son varias, la persona puede sentirse irritado, de mal humor y, por supuesto, cansado, aunque lo más importante es la pérdida de atención y reacción que genera diversos problemas en el trabajo e inclusive accidentes si hay que manejar u operar maquinaria”, dijo Pérez Chada.

“Obviamente, desde el punto de vista físico también hay consecuencias porque el cansancio se acumula  y no se llega a recuperar la energía que se gasta durante el día. Esto se relaciona con que al no dormir bien y no descansar pierden regulación diversos sistemas del organismo, así como también se afecta la producción de ciertas enzimas que trabajan durante la noche”, explicó Vigo.  Además, diversos estudios hallaron que las alteraciones en la cantidad o calidad de sueño se asocian a largo plazo con la aparición de distintas enfermedades, como obesidad, diabetes e hipertensión.  Una razón más para tratar de  dormir a pesar del calor.

 

Claves para no pasar la noche en vela

“Durante el verano y más específicamente ante una ola de calor, las recomendaciones habituales sobre higiene del sueño –como por ejemplo, no tener televisor en el dormitorio, no llevarse el trabajo a la cama, levantarse si pasa mucho tiempo sin dormir, o no desvelarse con la tablet y la consola de juegos– cobran aún más importancia porque si no, acumulamos problemas”, sostuvo Daniel Vigo.
Sin embargo, también es útil recurrir a ciertos “secretitos” que tienen que ver específicamente con la época. “Es lógico querer disfrutar la noche y acostarse más tarde que de costumbre, no sólo porque tal vez se está de vacaciones, sino porque durante el día las temperaturas son agobiantes. Por eso, lo que tenemos que hacer es ir bajando la energía de a poco, tratando de inducir el sueño, siempre en ambientes frescos”, añadió María Celia Daraio. Otros consejos son: evitar el ejercicio físico al menos tres horas antes de ir a la cama, no consumir alcohol o alimentos demasiado calientes durante la cena y exponerse a una ducha fría o tibia antes de acostarse. Aire acondicionado o ventilador son grandes aliados.