Gracias a novedosas técnicas de laboratorio, un grupo de investigadores alemanes y españoles logró secuenciar el ADN más antiguo, perteneciente a un individuo de la familia de los homínidos. Según el estudio científico, que se publicó esta semana en la prestigiosa revista Nature, se trata de ADN mitocondrial de un fósil humano que tiene alrededor de 400 mil años. Hasta ahora, las muestras similares más antiguas que habían sido analizadas tenían menos de cien mil años.
Los restos óseos analizados fueron hallados en uno de los yacimientos de fósiles más prolíficos del mundo: el complejo de cuevas denominado Sima de los Huesos, que se encuentra en la sierra de Atapuerca, en el norte de España. Este lugar es una especie de paraíso para los paleoantropólogos, ya que desde hace más de dos décadas está siendo excavado por diferentes equipos de expertos, que han podido identificar más de cinco mil restos de huesos pertenecientes a 28 esqueletos de homínidos de diferente antigüedad.
Tras la obtención de las muestras, Matthias Meyer, investigador del Instituto Max Planck de Alemania, ensayó una nueva técnica de laboratorio para intentar aislar y secuenciar muestras muy cortas de este ADN, que estaba altamente degradado por el paso de los milenios. Sin embargo, a partir de dos gramos de polvo de fémur e intervenciones de alta tecnología lograron reconstruir y secuenciar el ADN mitocondrial, una parte de nuestro código genético que se almacena en una estructura de la célula, denominada mitocondria, y que se transmite por descendencia materna.
Más tarde lograron comparar ese ADN con otras muestras similares obtenidas a partir de fósiles de neandertales, huesos de humanos contemporáneos y diferentes clases de simios. Y, verificando la presencia o la ausencia de diversas mutaciones, pudieron estimar que la antigüedad de este esqueleto ronda los 400 mil años, además de establecer algunas relaciones de “parentesco” entre subespecies.
Repercusiones. “Encontrar un genoma mitocondrial prácticamente completo de un fósil humano de tanta antigüedad es un éxito sin precedentes. Hasta ahora, el más antiguo identificado tenía menos de cien mil años”, se entusiasmó el paleontólogo Juan Luis Arsuaga, coautor del trabajo y director del Museo de la Evolución Humana de Burgos. Antes de este experimento sólo se había podido analizar ADN tan antiguo de fósiles que habían sido preservados por temperaturas muy bajas; por ejemplo, en regiones cubiertas de hielo. Este trabajo, justamente, prueba que es posible analizar ADN de restos de varios cientos de miles de años de antigüedad encontrados en cualquier lugar del planeta.
“Esta investigación nos abrió la posibilidad de conocer en detalle los genes de los antepasados de neandertales y sus relaciones genéticas con otras poblaciones de homínidos, como los denisovanos, identificados a partir de restos fósiles rescatados en Siberia”, detalló Svante Pääbo, director del Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva. El experto agregó que uno de los resultados más importantes de este trabajo es que “abre un nuevo camino para poder reconstruir mejor la evolución de diferentes grupos, especies y subespecies de homínidos del Pleistoceno hasta llegar al actual Homo sapiens”.