Un asteroide de dos metros de diámetro fue descubierto el sábado pasado, cuando ya estaba cerca de la Tierra dirigiéndose hacia nuestro planeta. Finalmente, terminó por desintegrarse sobre África.
Al principio se divisó una mancha en una serie de imágenes de exposición larga capturadas por el telescopio Catalina Sky Survey, ubicado cerca de Tucson y operado por la Universidad de Arizona, en la órbita de la Luna. Los datos registrados fueron enviados al Minor Planet Center, de Estados Unidos, el organismo internacional oficial responsable de la designación de todos los cuerpos menores del sistema solar.
El asteroide, bautizado como 2018 LA, según los cálculos del Minor Planet Center, iba a impactar contra la Tierra a las pocas horas pero se desintegraría en la atmósfera sin suponer ningún tipo de peligro.
El 2018 LA entró en la atmósfera de la Tierra a una velocidad de 17 kilómetros por segundo alrededor del mediodía de Argentina y se desintegró a varios kilómetros sobre la superficie. En el cielo pudo verse una bola de fuego brillante, evento que fuegrabado en webcam.
“Este fue un objeto mucho más pequeño de lo que tenemos la tarea de detectar y advertir”, indicó Lindley Johnson, Oficial de Defensa Planetaria en la sede de la Nasa. “Sin embargo, este evento del mundo real nos permite ejercer nuestras capacidades y da cierta confianza de que nuestros modelos de predicción de impacto son adecuados para responder al impacto potencial de un objeto más grande”, agregó.
