Cuba posee 11,3 millones de habitantes y 75% de la población nació después de 1959, cuando eran menos de seis millones. También un millón de cubanos abandonaron el país entre 1959 y 1963. En ese período, se produjo una profunda e irreversible revolución social, protagonizada por el campesinado y la comunidad negra, que había sido uno de los sostenes principales de Fulgencio Batista. El régimen cubano tiene una constante: Fidel Castro. No se trata de un régimen burocrático totalitario, sino de un sistema carismático y totalitario, con centro en la figura irrepetible de Fidel. Una segunda característica es la continua vitalidad de su ideología. Fidel no es sólo el comandante y líder máximo, sino también el ideólogo del régimen; y reformula su ideología según las circunstancias históricas. Tras el colapso de la Unión Soviética, la ideología del régimen se volcó al nacionalismo, la solidaridad latinoamericana, el antinorteamericanismo, la antiglobalización y el rechazo al “modelo neoliberal”; y atrás quedaron el “marxismo-leninismo”, el “internacionalismo proletario” y el “materialismo científico”.
Raúl Castro estableció una nueva orientación: las prioridades ahora son de orden interno y residen en la necesidad de resolver la crisis caracterizada por la nula productividad, la acentuación de las desigualdades sociales y la aparición en gran escala de “conductas antisociales y una tolerancia cada vez más entronizada con la indisciplina social” (Discurso de Camagüey, 26 de julio de 2007). La economía cubana ha sido una de las de mayor crecimiento en América latina en los últimos tres años. Creció 12,5% en 2006, 7% en 2007 y lo hará en un porcentaje igual al concluir este año, pero la producción agrícola se desplomó 22,1% sólo en 2005/06.
Por eso hay un nuevo régimen en Cuba, que ha realizado un diagnóstico sobre los problemas del país, ante todo su bajísimo nivel de productividad; y ha afirmado la necesidad de una visión integral para enfrentarlos. El eje de esta visión es la búsqueda sistemática de la inversión de las empresas transnacionales, por supuesto que “para preservar el papel del Estado y el predominio de la propiedad socialista”.
*Analista político.
