COLUMNISTAS
daniel scioli marca el paso y unifica las tropas?

A Néstor le salió un chichón

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La inflamación fue inmediata, bien a lo Kirchner.

El culpable habrá sido un mosquito bastante gorila, un jején destituyente, un tábano derechoso, tal vez un pequeño arácnido monopólico..., eso no se sabe a ciencia cierta porque el autor material (vaya sabandija) se dio a la fuga, pero el efecto resultó inocultable: flor de chichón en la casa de Perón.

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Ocurrió el viernes a pleno sol, durante la inesperada conmemoración, en la mausoleada Quinta 17 de Octubre de San Vicente, de los 115 años que hubiera cumplido el General.

A Don Néstor le acercaron Off en cremita, y santo remedio. O no tanto, porque a esta altura del partido (justicialista) ya son más las dudas que las certezas.

El estrés se ha empecinado en transformarse en el más salvaje de los unitarios antikirchneristas. Y es un hecho que por el torrente sanguíneo del esposo de la Presidenta circulan sustancias complejas, que taponan y/o generan exageradas reacciones alérgicas.

—Y eso que venimos fumigando... –sólo atinó a decir el compañero intendente local, temeroso de que esa roncha gigantesca terminara aplastándolo a él, disciplinado combatiente contra el dengue y demás pestes transmisibles por las punzadas del mosquito hembra.

Hubo llamados a la unidad del peronismo, claro, simplemente porque no la hay, porque “acá nadie es más peronista que nadie” y porque “ésta es la casa de todos”... Y sobre todo por lo que nadie dijo: si el PJ por completo no participa de las internas promovidas por Kirchner para elegir al próximo candidato a presidente, el futuro político del santacruceño estará más cerca del arpa que del bombo del Tula.

La figura estelar del evento (convocado más para prenderles velas a los intendentes que para soplárselas a San Juan Domingo) no resultó ser Mr. K, sino Daniel Scioli, que volvería a ocupar ese novedoso pedestal ya caída la tarde en la lejana Río Gallegos (los taxis aéreos facturaron a rolete), donde los destinatarios del mensaje fueron los gobernadores del palo.

Tanto en uno como en otro acto, Néstor Kirchner se mostró cauto, moderado, hervíboro, como si de golpe y porrazo fuera el monocorde marido de la bella Karina Rabolini quien marca el paso, redacta las arengas y unifica las tropas.

La sciolidependencia hace menos feliz a Kirchner que la dieta baja en grasas y sin sal, es cierto, pero hoy por hoy se iría imponiendo como la receta más adecuada para su supervivencia política, al igual que la otra lo es para birlarle chances al peligro cardiovascular.

El cambio de discurso K jugando de local cobró un extraño perfume a capitulación, aunque por ahora más en lo conceptual que en lo territorial. De todos modos, por las dudas o por lo que fuera, la decisión de reafirmar domicilio en Santa Cruz logró énfasis de primicia: ¿el futuro de Néstor vuelve a ponerlo más cerca de la Casa Gregores, que hoy comanda el servicial Sergio Peralta, que de la Casa Rosada, que hoy maneja Cristina Fernández?

Pocos lo creen, al menos todavía. Pero las encuestas publicadas en la página 2 indicarían que Scioli sería el único kirchnerista capaz de unificar al peronismo y darle pelea a la UCR. Vaya sabandija.