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Adiós a Rafael Filippelli, maestro del cine

El miércoles pasado falleció el cineasta argentino. Había nacido en Buenos Aires en 1938. Además de director fue productor y guionista, y desde 1991 se dedicó también a la docencia cinematográfica en la Universidad del Cine (FUC). Entre sus realizaciones se encuentran “Hay unos tipos abajo” (1985), “El ausente” (1989), “Retrato de Juan José Saer” (1998), “La mirada febril” (2008), “Secuestro y muerte” (2010) y “No va más” (2021). Dolor en el mundo del cine.

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Rafael Filippelli, Derecha, el cineasta en un plano de “No va más”, su filme de 2021. Abajo, junto a Juan José Saer, en 1998. | cedoc

El pasado miércoles a la madrugada en la Ciudad de Buenos Aires falleció, a los 84 años, el cineasta argentino Rafael Filippelli. Algunas de sus películas: Hay unos tipos abajo (1985), El ausente (1989), Retrato de Juan José Saer (1998), La mirada febril (2008), Secuestro y muerte (2010) y No va más (2021). El cine fue su vida, y en este caso vale la inversión: su vida fue el cine. Desde muy joven ingresó a la industria cinematográfica argentina trabajando en ella bajo la figura conocida como “meritorio” –en términos actuales, una pasantía, muchas veces gratuita–, única forma de acceder al conocimiento en el cine (no existían escuelas, ni carreras universitarias especializadas). Vale decir, Filippelli comenzó desde abajo en un set de cine. Pero no en cualquiera, sino en el ámbito de Leopoldo Torre Nilsson.

Al aprendizaje de la técnica de filmación siguió la del trabajo en equipo, más aspectos esenciales como guion, producción, dirección de actores; elementos que llevó a la práctica en el cortometraje Porque hoy es sábado (1961) y el mediometraje Opinaron (1962). La otra faceta de su desarrollo profesional fue en el ámbito publicitario. En sus propias palabras: “Filmando publicidad nos dedicábamos a aprender, por ejemplo, hoy hacemos travelling; no importaba si el spot publicitario necesitaba un travelling, lo importante era llevarlo a la práctica, una práctica rentada, además”. 

De 1970 a 1974 formó parte de un grupo de cine proclamado como Underground, conformado por Edgardo Cozarinsky, Bebe Kamin, Néstor Lescovich, Julio Ludueña y Edgardo Kleinman. Durante la dictadura militar 1976-83 emigra a México y luego a Los Ángeles, Estados Unidos.

Rafael Filippelli

El retorno de la democracia lo encuentra en el país incursionando en el teatro y la televisión para, poco después, filmar junto a Emilio Alfaro su primer largometraje: Hay unos tipos abajo. Con Luis Brandoni en el rol de un periodista acosado por parapoliciales durante el Mundial de Fútbol de 1978, este “suspenso negro” contó con idea original y guión de Antonio Dal Masetto (quien aparece en la escena final en un vagón de tren). Y es aquí donde se encuentra la influencia de Fili-ppelli, o anticipo de su carrera como docente y formador de directores, en los créditos aparecen como “meritorios” tanto el cineasta Andrés Di Tella como Facundo Saravia, presidente de la Cámara Argentina de Cine Publicitario.

En esos años entabla relación de pareja con Beatriz Sarlo, que también es su vida, ahora con la escritura. Filippelli publica artículos críticos y teóricos sobre cine en La Ciudad Futura y Punto de Vista, y hacia 1991 comienza la tarea docente en la Universidad del Cine (FUC) recién fundada por Manuel Antín. De esa época recuerda que se vio obligado a la relectura: “Al enseñar percibí que no había comprendido a André Bazin.”

En 2015, junto a Sergio Wolf y Mariano Llinás, entre otros, lanza la publicación anual Revista de Cine. En ella trata las problemáticas del rubro, las tendencias contemporáneas, así como las novedades teóricas, bajo la mirada experta de cineastas. Allí Filippelli escribió sobre la dirección, marcando la diferencia entre las pretensiones y lo que en realidad aparece en la pantalla, el crudo resultado: “No se trata de filmar contra el guion y montar contra lo filmado, como sugería Truffaut. Eso es una tontería. Para eso no haría falta escribir el guión. El problema es que en el guion hay palabras que intentan dar cuenta de algo que luego serán planos y sonidos. No se trata de adaptar, ni de pasar a imágenes lo escrito. Se trata de una nueva aventura. No hay reescritura ni ninguna de esas convenciones a las que nos tienen acostumbrados.”

Queda, además, El plano justo. Cine moderno: de Ozu a Godard, sus artículos recopilados por David Oubiña, publicado en 2008 por Santiago Arcos Editor. 

El cine argentino se enfrenta ahora a un abismo inagotable: encontrar a un maestro no es tarea fácil. Sus discípulos sabrán dar cuenta de su legado. O no. Eso no depende de Rafael Filippelli, sino de lo que sus alumnos hagan con su enseñanza.