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Alberto, los muros y la donación de Perfil de un bloque de Muro de Berlín

Lejos de los discursos confrontativos de Cristina y de los monocordes de Macri, el nuevo Presidente retomó un relato más parecido a los de Alfonsín, Menem y el primer Kirchner.

Alberto Fernández pronuncia su discurso
Alberto Fernández pronuncia su discurso. | Joaquín Temes

La gran pregunta que suele surgir después de los discursos de asunción de un presidente es ¿cuánto trecho habrá entre lo dicho y los hechos? Como lo segundo aún no se sabe, sólo queda hablar de lo dicho por Alberto Fernández.

Y lo dicho por el flamante presidente se diferenció mucho de los discursos de sus dos últimos antecesores. Estuvo lejos del discurso
punitivo y confrontativo de Cristina Kirchner y también del discurso monocorde e informativo de Mauricio Macri, supuestamente ideologizado uno, aparentemente vacuo el otro.

El de Alberto se pareció más a los discursos de los presidentes más tradicionales, como Alfonsín, Menem o el del propio Kirchner del principio.

Así, con Cristina leyéndole el discurso a su lado, Alberto repitió una y otra vez con metáforas y ejemplos, que la Argentina debía "superar los Muros del rencor y del odio", "ser capaces de convivir en las diferencias" y respetar al otro, al que piensa distinto.

Es música para los oídos de quienes desde PERFIL venimos escribiendo desde hace años en esa dirección. La imagen del muro como sinónimo de división la escribió Jorge Fontevecchia por última vez en su columna del 9 de noviembre pasado, al cumplirse 30 años de la caída del Muro de Berlín. Y la repitió en su discurso del 2 de diciembre en el Teatro Colón, al celebrarse los 30 años de la Revista Noticias.

"Antigrieta": la espectacular gala por los 30 años de NOTICIAS en el Teatro Colón

Estamos convencidos de que, tras años de levantar paredes de división social, no habrá posibilidad de crecimiento económico si antes no se derriban esos muros. Sin dejar de transformar las diferencias naturales en divisiones irreconciliables, sin recrear la confianza social, nadie será capaz de invertir, de apostar en un país enfrentado y siempre dispuesto a cambiar 180°.

La historia reciente muestra que tanto Cristina como Macri intentaron sacar provecho de esa división. La estrategia les pudo dar resultados en el corto plazo, pero para el largo plazo de un país y para ellos mismos, se trató de un salvavidas de plomo: nadie sale sano y salvo de los odios que levantan los muros.

La idea del muro como separación de la sociedad no sólo explica literalmente lo que fue un país como Alemania dividido por el hombre en 1961, sino es una metáfora para una editorial como esta que lanzó la revista Noticias a fines de 1989, en el preciso momento en que aquel muro era derribado por otros hombres.

En 1992, Perfil trajo a la Argentina el mayor trayecto de Muro de Berlín que hoy existe fuera de Alemania y que se encuentra en el hall de ingreso del Edificio Perfil. Uno de los bloques que no estaba expuesto fue trasladado el pasado 2 de diciembre a la vereda del Colón y fue intervenido por el artista Pablo Temes, responsable de Arte de Perfil.

Este martes, después del discurso de apertura de Alberto Fernández y en plena transmisión de Radio Perfil, Fontevecchia anunció que le gustaría donar a Alberto Fernández, en representación del Estado nacional, uno de esos bloques. Como símbolo de la antigrieta y como compromiso de que, al menos en ese punto, entre el dicho y los hechos no haya ningún trecho.