COLUMNISTAS

Allende sí se vende

Por una serie de razones que no vienen al caso, acabo de terminar de leer La ciudad de las bestias, de Isabel Allende. No estoy seguro, pero creo que es la primera vez que leo un best seller comercial (¿me estaré pareciendo a Borges que conoció a un peronista recién a los 60 años?), y la experiencia me resultó extraordinaria. Por comercial me refiero a un libro concebido para vender mucho. No uno de esos libros o autores que, vaya uno a saber por qué, de golpe la pegan y se convierten en best seller (como Puig que terminó adaptado en Broadway y en Hollywood), sino un libro que, desde su origen, se piensa más como un producto que como un texto.

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Por una serie de razones que no vienen al caso, acabo de terminar de leer La ciudad de las bestias, de Isabel Allende. No estoy seguro, pero creo que es la primera vez que leo un best seller comercial (¿me estaré pareciendo a Borges que conoció a un peronista recién a los 60 años?), y la experiencia me resultó extraordinaria. Por comercial me refiero a un libro concebido para vender mucho. No uno de esos libros o autores que, vaya uno a saber por qué, de golpe la pegan y se convierten en best seller (como Puig que terminó adaptado en Broadway y en Hollywood), sino un libro que, desde su origen, se piensa más como un producto que como un texto.
¿Cuál es el rasgo central de un best seller? Que es ajeno a la noción de buen gusto. Es curioso, pero si alguna tradición encarna la crítica al buen gusto ésa es la vanguardia. ¿Y si el best seller fuera el hermano bobo, el primo zonzo, el cuñado estafador de la vanguardia? Porque si algo tienen en común el best seller y la vanguardia es su crítica a la idea de littérature  de qualité, a la prosa tersa, a los personajes bien construidos, a la unción de la figura del escritor como reserva moral. Nada es peor que ser un escritor de calidad (¡Si no se puede ser vanguardista, al menos ser best seller!), nada es más terrible que encarnar el gusto medio, la frase inteligente, el tono reflexivo, la inquietud profunda, la frase aposentada.
Pero volvamos a la noción de gusto. Desde ese punto de vista, una novela como La ciudad de las bestias es desopilante, casi inolvidable: peor no puede estar escrita. ¿Pero qué importa? Lo que realmente importa en este tipo de novela es el brief que hay detrás. Como saben todos lo que alguna vez trabajaron en marketing (es decir, hoy por hoy, todos), el brief es el documento madre de una campaña publicitaria, el lugar en dónde se define el posicionamiento del producto, los valores que transmitirá, el público al que se dirigirá, los obstáculos que encontrará. No se puede describir La ciudad de las bestias sin antes imaginar el brief que el agente literario de Allende presentó a la editorial.
Imaginemos entonces los principales puntos (presentados en powerpoint): “Las últimas encuestas muestran un cierto agotamiento de la problemática feminista de sus novelas/Debe buscar otros temas sin perder a los lectores históricos/Tendrá que mantenerse dentro de la tradición del realismo mágico pero sumarle toques de new age/ Para eso proponemos una historia ambientada en el Amazonas que concilie muchas peripecias con un misticismo light/Es clave que el lector perciba que se trata de una alegoría, aunque no se entienda alegoría de qué/El lector debe sentir que el texto transmite alguna clase de enseñanza: ningún lector compra una novela si no es para obtener algún tipo de beneficio/Habrá indios buenos y un Chamán sabio/Habrá escenas en las que el alma de un adolescente flote y se encuentre con el de su madre/Incluirá un trasfondo familiar trágico pero con final feliz: la madre del protagonista tiene cáncer pero se cura/Contendrá una crítica a la cultura occidental, pero no por sus condiciones materiales de existencia, sino por su pérdida de espiritualidad/Al final de la novela el adolescente volverá a su vida normal: es importante que la novela no transmita la idea romántica de que es bueno fugarse a un territorio virgen /Es clave que el adolescente vuelva a su país de origen (Estados Unidos) más enriquecido espiritualmente/El libro mantendrá la extensión estándar de alrededor de 300 páginas/La novela está pensada para leerse en menos de 45 minutos/Es fácilmente adaptable al cine/En ese caso, el Amazonas deberá aparecer como un lugar mágico y encantador/En la solapa, la fotografía de la autora remitirá a Indiana Jones”.
Después de leer la novela, entré a Internet, y leí las críticas que se publicaron. Todas son malas. Es verdad: La ciudad de las bestias es una novela nula. Pero su brief es brillante. Al fin y al cabo, así funcionan las cosas en el consumo de masas.