COLUMNISTAS
demandas

Altria se la comió

En una edición del mes de octubre de esta misma columna pronosticamos que Kraft, que por entonces ocupaba la primera plana por sus malas prácticas laborales, estaba a punto de apropiarse de la inglesa Cadbury y con ella, de su filial argentina Stani. La semana pasada se confirmó la operación, salvo que el comprador no fue Kraft, sino Altria.

|

En una edición del mes de octubre de esta misma columna pronosticamos que Kraft, que por entonces ocupaba la primera plana por sus malas prácticas laborales, estaba a punto de apropiarse de la inglesa Cadbury y con ella, de su filial argentina Stani. La semana pasada se confirmó la operación, salvo que el comprador no fue Kraft, sino Altria. Altria es la dueña de Kraft, de Nabisco y de la mayoría accionaria de la cervecería Miller, líder mundial que pronto hará pie en la Argentina. Altria es objeto de estudio entre decenas de verbitskys norteamericanos, alarmados por sus procedimientos. Nada ilegal, pero todo misterioso: fundada por la tabacalera Philip Morris en 1985, en pleno recrudecimiento de las demandas judiciales contra su industria, se convirtió gradualmente en dueña de todas las marcas de cigarrillos, de las acciones de las innumerables empresas del grupo y en un fondo inversor destinado a la diversificación. Desde entonces fue adquiriendo empresas líderes en sus mercados: cervezas, vinos, golosinas, alimentos y también, gradualmente, fue pasando a sus accionistas los títulos de cada una de las empresas controladas. Así llega a convertirse en una fortaleza potencialmente invulnerable a los fallos de consumidores afectados por el dañino tabaquismo, del que, en Estados Unidos, los dueños de Marlboro tienen históricamente un 50% de responsabilidad. ¿Alguien podrá embargar alguna vez un fideo Terrabussi, un pastoso Mantecol, un Milka, una grasienta galletita Express o un porroncito de Miller como pago a cuenta por su pierna amputada, su cáncer de laringe o su transplante de pulmón? El tiempo lo dirá, pero es dudoso. Y más en la Argentina, donde el lobby de tabaco domina hasta el punto de colocarnos en el último lugar del mundo en políticas de advertencia, prevención y regulaciones, y también en el nivel de precio del tóxico. Si algún lector planifica demandar a las tabacaleras por su tos o su enfisema, estudie la posibilidad de incluir a estos testaferros entre los querellados, y que agregue a esa lista a los diputados y senadores que con puteríos y chicanas, torpedearon la ley promovida por Ginés González García hasta conseguir que perdiera estatus parlamentario. En estos días, Ginés, por ahora embajador, despedirá a Bachelet que se va con su 80% de popularidad después de sancionar una ley antitabaco razonable, a pesar de las trabas impuestas por el gobierno de su antecesor, Lagos. Pacífica, la pediatra y experta en seguridad se retira sin comentarios. Sería bueno que contara al mundo cuántos miembros del gabinete de Lagos pasaron a revistar en cargos directivos del monopolio inglés que elabora el tabaco en Chile.