Parece que el tipo que ayer mató a su ex pareja y a su hijastra dejó una carta en la que pide perdón, sí, eso: dice “perdón” y explica que “ella me engañaba”. Eso de que lo engañaba tiene sus bemoles y es como aquello de “serás mía o de nadie” que huele a tragedia griega pero que si se lo rasca un poquito nomás, suena a ridícula parodia de radionovela. El asesino se plegó a los dos lugares comunes: “perdón pero ella me engañaba”; y agarró un bufoso y la mató a ella, a la hija y trató de matar al novio de la hija. Dos muertes y media, qué bárbaro. Qué coraje. ¡Vamos! Pensemos un poco. El tipo que mata es en un grado mayor lo mismo que el tipo que ejerce violencia contra una mujer. Y de paso, el lunes 25, un día antes de las muertes de estas dos mujeres, fue el Día de la no Violencia contra las Mujeres. No “la” mujer, porque “la” mujer no existe.
Existimos las mujeres. La abogada belga y la vecina de la villa y yo, somos muy distintas pero iguales; estamos las tres en lo mismo: igualdad en la diferencia, mismas oportunidades, misma remuneración para un mismo trabajo, destrucción del techo de cristal y así por el estilo. La belga quiere que se perfeccionen esas metas, la vecina quiere una canilla pública, yo quiero educación, trabajo, seguridad y todo tipo de situaciones y actuaciones con conciencia de género en varones y en mujeres. Y entre todas esas cosas que pretendemos, también queremos que nuestros varones, padres, maridos, hijos, novios compartan con nosotras eso de la conciencia de género. Que sean de verdad lo que se dice de mentira, a saber: el tipo que ejerce violencia contra una mujer no es un héroe, no es un tipo fuerte y decidido, firme, valiente y resuelto. No. Es todo lo contrario, un pobre desdichado que tiene metido el miedo en el alma. No es malo tener miedo, pero el maltratador niega su miedo, cierra el puño y pega o agarra el bufoso como el asesino del otro día. Y no tengo espacio para decirle lo que hace la maltratada. Pero sí quiero decirle que el 25 de noviembre es un día para hacer algo o por lo menos, para reflexionar. Y si no nos dejamos llevar por el prejuicio, algo, lo que podamos, haremos. Vamos, empiece ahora, ya mismo.