Algún día Benjamín Cremaschi le contará a sus nietos que una noche del verano de 2023 dejó el equipo en el que jugaba para que entrara Messi. Les explicará que tenía la camiseta con el 30 en la espalda, que iban 8 minutos de segundo tiempo y que cuando se cruzaron en la línea de cal Leo lo abrazó. Cremaschi, volante ofensivo, 18 años, es uno de los actores de reparto del show que se armó a partir del debut de Leo en el Inter Miami. Un show que desde anoche estará enfocado en cada uno de los pasos del rosarino más famoso.
Lo cierto es que después del polémico paso de Leo por el PSG, con abucheos y silbidos inexplicables, anoche regresó la magia. Y en un estadio de Estados Unidos.
Como todo buen show, no faltó la presencia de celebridades. P or el estadio Drive Pink hubo un desfile de personajes como para salir en una galería de la revista Caras: los amigos Sergio Agüero y Maximiliano Rodríguez, el empresario Marcelo Tinelli y una vieja gloria del Barcelona, el búlgaro Hristo Stoichkov. Y cuando faltaban minutos para que comenzara el partido apareció LeBron James, leyenda de la NBA y Los Ángeles Lakers.
Ya en la previa el efecto Messi se evidenció en los alrededores del estadio. Hinchas argentinos vestidos con camisetas de la Selección o la flamante 10 rosa del Inter Miami le pusieron clima a la jornada en Florida. Hasta instalaron una parrilla para vender los clásicos choripanes: una pincelada de conurbano en pleno Miami.
La sola presencia de Messi modificó el espíritu del equipo. Aún desde el banco de suplentes, Leo contagió fútbol. El Inter Miami hacía dos meses que no ganaba un partido y está último en la MLS, sin embargo anoche se le plantó al Cruz Azul y cerró el primer tiempo con un 1-0 gracias a un gol de Robert Taylor.
Y cuando entró a los 8 minutos del segundo tiempo se calzó la cinta de capitán y generó un efecto arrasador. Desde la primera pelota que tocó empezó a tirar paredes por la derecha. Pero el Cruz Azul, que merecía mejor suerte, llegó al empate: un tiro de esquina manejado con criterio derivó en el 1-1.
Minutos después Messi tuvo su chance: tomó la pelota al borde del área pero el cierre oportuno de un central del Cruz Azul lo frustró. Tuvo otra cuando faltaban cinco minutos, pero también ganó la velocidad de la defensa mexicana.
Hasta que llegó la última del partido. Un tiro libre al borde del área en tiempo de descuento. Ideal para agigantar el mito, para terminar de convencerse que a Leo le salen todas bien. Y le salió claro: dos pasos, un zurdazo al ángulo y el 2-1 para el primer triunfo de Messi en el Inter Miami.