El dilema del dólar tiene a los asesores económicos de Daniel Scioli al borde del off side. Primero fue Miguel Bein: “No voy a regalar el abastecimiento industrial del país a diez millones de tipos como vos y como yo”, dijo. Luego, en el calor de la campaña, lo matizó. Hace unos días, Mario Blejer, deslizó que si se diferencia entre stock de deuda de dividendos y pagos de importaciones, se podría entregar un bono a empresas y liberar el cepo para nuevos flujos. Fue relativizado. Este jueves, la ministra de Economía bonaerense, Silvina Batakis, señaló que las reservas son escasas y su par nacional, Axel Kicillof, salió a decirle que no tanto.
El precio del dólar y qué se debería hacer con reservas que, como dijo Batakis, por ejemplo, cubren el 50% de las importaciones de un año, deja a todos los que aspiran a ser parte de una conducción económica sciolista a un paso de quedar fuera de juego entre lo que piensan, lo que podrán realmente hacer y lo que es más conveniente para la campaña.
El consenso –aunque no total– entre las filas del ex motonauta es que hay atraso cambiario (el dólar sube menos que los costos y que otras monedas) que ahoga la producción, y que faltan divisas para producción. Todo lo cual se podría solucionar con un maná de inversiones y colocaciones de deuda una vez que se haya cerrado el conflicto con los fondos buitre que tiene bloqueado el mangazo internacional.
Cerca de Scioli aseguran que habrá, a poco de asumir, un primer shock de confianza que podría venir de los organismos multilaterales, con fe y esperanza. Aducen que algunos ya empezaron a hacer desembolsos para la Provincia, lo que sería, en idioma sciolista, un gesto de optimismo hacia su gestión futura. Técnicos sciolistas, además, esperan:
◆ Unos cuatro a seis mil millones de dólares que podrían entrar en todo el mandato de Scioli sólo desde el Banco Interamericano de Desarrollo.
◆ Otros US$ 2.500 millones que aseguraría la Corporación Andina de Fomento (CAF).
◆ Y más adelante también fondos del Banco Mundial.
Desde la gestión provincial viene creciendo una funcionaria en la conquista de los hasta ahora denostados entes crediticios. Se trata de Karina Angeletti, la subsecretaria encargada de cerrar préstamos provinciales como el del BID por US$ 220 millones que empezará a gotear desde este año, y otros US$ 150 millones con los que debutará también la CAF. No le hace asco a nada: ahora empezó trámites para fondear obras con la OPEP, de países exportadores de petróleo.
Desde la Fundación DAR, donde el hermano de Daniel, José Scioli, nuclea especialistas, calculan que podrían llegar hasta US$ 20 mil millones por año para infraestructura.
Pero la clave para cosechar esos fondos, lo entienden cerca de Scioli, es acordar con los buitres. El cronograma optimista incluye poner la negociación en curso a poco de asumir, pero apostar a un acuerdo cerrado con todos los acreedores para los primeros diez meses de gestión. Así asegurarse un 2017 de elecciones legislativas con crecimiento.
Todo monitoreado por un cúmulo de ministerios, varios nuevos tomados de Brasil y México, junto a mesas de asesores donde “todos”, hasta el ex jefe del Banco Central Juan Carlos Fábrega, podrán tener un lugar.
