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Defensora de Género

Avanzamos hacia una ley de Cuidados con mirada de género

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Necesidad. Avanzar sobre una ley de Cuidados significará enmendar viejas inequidades. | cedoc

Esta semana estuvo plena de hechos de interés desde el género. Hubo una variedad: el procesamiento del ex senador Alperovich en la causa por abuso sexual de su sobrina, el lanzamiento del proyecto de ley de Cuidados y la Feria del Libro con la presentación de libros con la presencia de escritoras feministas de todo el mundo. Empiezo celebrando: la Justicia procesó al senador. Sigo considerando el proyecto de ley de Cuidados presentado por el Presidente junto a la ministra de Mujeres, Géneros y Diversidades y el ministro de Trabajo. Crea un sistema de cuidados. 

No son medidas aisladas, sino que se integran en un sistema, y que evolucionará según surjan nuevas necesidades. El cambio demográfico aumenta la cantidad de personas adultas mayores (más de 65 años.) Ese incremento genera necesidades de cuidados –que en la medida que se extiende la vejez y se prolonga la vida–, se deben tener en cuenta y agregar los cuidados que emergen por ese cambio demográfico. A su vez la migración del campo a las ciudades con el cambio de las actividades laborales de mujeres y hombres genera desafíos, para atender el cuidado que antes brindaban las mujeres en el hogar. En la ciudad se torna más difícil porque las mujeres trabajan fuera del hogar y requieren más tiempo de traslados. Alguien debe cubrir esa ausencia, y si bien son las otras mujeres de la familia como: hijas, hermanas u otras las que las cubren, esto no siempre existe. Es más inestable o se debe pagar a terceras personas para cubrir. Tener acceso a esos cuidados pasa a ser una necesidad básica para las mujeres y las familias de medianos y bajos recursos. 

El proyecto de ley reconoce el derecho de todas las personas a ser cuidadas y a cuidar, promoviendo la incorporación de las personas cuidadoras a empleos formales, se crean empleos dignos para las mujeres, porque la mayoría de las personas cuidadoras son mujeres, con salarios bajos y sin cobertura social, ni medidas de protección social alguna. El proyecto establece que un porcentaje del gasto del Ministerio de Obras Públicas se debe destinar a construir infraestructura para los cuidados. Esto estimula la construcción y mantiene la actividad de un sector muy dinamizante de la economía. 

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El otro gran capítulo son las licencias que se modifican y crean algunas. La ampliación de las licencias parentales de los hombres a 15 días, con una progresividad para alcanzar los 90 días en unos años. La licencia por maternidad se extiende a 126 días, pudiendo tomarse un mes antes del parto y continúa con el reconocimiento a los fines de la acreditación de tiempo trabajado, lo mismo para la licencia parental. Ambas corresponden también a quienes adoptan un niño y a personas con capacidad gestante. Esperamos que se apruebe a la brevedad para beneficiar a miles de mujeres y familias que lo necesitan. 

Entre las escritoras feministas visitantes y locales a la Feria del Libro, Caroline Fourest, la profesora de ciencias políticas y periodista francesa que colaboró en Charlie Hebdo, merece considerarla. Invitada a presentar su libro Generación Ofendida. De la policía de la cultura a la policía del pensamiento donde resume su lucha frente a la sacralización de las víctimas, y no de la valentía, a la que se renuncia por la intimidación. Aporta ejemplos. Incluso personales de hechos de intimidación y franca agresividad en las aulas universitarias por estudiantes, que enrolados en esto llegan a impedir y agredir a los profesores e intelectuales invitados y cómo las autoridades de las universidades lo permiten y hasta acompañan. 

Fourest dice que ese círculo infernal debe cambiarse para evitar que se imponga la visión inquisidora y sectaria de la identidad y la cultura. Tuve junto a un pequeño grupo de feministas la oportunidad de dialogar durante dos horas, que se prolongó en un almuerzo. Eso merece una columna especial.