Creo que electoralmente no cambió nada con los anuncios del 25 de mayo. No hubo novedades sobre candidaturas, porque quienes se lanzaron, Sergio Massa y Margarita Stolbizer, ya se sabía que iban a presentar un frente electoral en la provincia de Buenos Aires, mientras que Cristina Kirchner evitó definir si será candidata.
Nosotros no contamos, obviamente, aún con mediciones sobre el impacto de estos eventos, pero creo que lo que ocurrió esta semana ayudó a que la gente se interiorizara sobre las elecciones. Hoy en día no tienen en la cabeza la cuestión electoral y una actividad tan intensa ha generado un mayor conocimiento de la cercanía del cierre de listas. Según nuestras mediciones, un 90% no sabe que el cierre de listas será el próximo 24 de junio.
A pesar de que no tuvo una intervención importante en los medios, creo que Florencio Randazzo salió beneficiado. La entrevista a la ex presidenta duró cerca de una hora y media con alto rating; y el compilado que fue repetido por todos los medios se centró en la cuestión referida a su ex ministro de Transporte. Además, al manifestar Cristina que su voluntad es que no haya primarias, Randazzo sale fortalecido porque, según nuestras mediciones, la mayoría de los votantes del FpV prefiere este método para definir candidaturas.
Con Cristina o Randazzo de candidato, el Gobierno buscará polarizar. Si la ex presidenta no se presenta, señalarán que fue el “ministro de Cristina durante ocho años”. Sin embargo, es difícil definir si habrá polarización, porque Massa mantiene un caudal similar al de 2015 y eso le permitiría impedirla.
En la última elección, todos creían que el voto útil reforzaría la polarización, pero entre las PASO y las elecciones generales Massa no sólo mantuvo sus votos sino que sumó los apoyos que había cosechado De la Sota. La diferencia es que hoy el Gobierno cuenta con la gestión nacional y de la Provincia, mientras que en 2015 sólo tenía la Ciudad y la candidatura de Aníbal Fernández como capital.
*Director de Aresco.