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el pos-mundial

Banderas y ovaciones: los campeones del mundo reciben homenajes en sus clubes y en cada estadio

Las bienvenidas y agasajos a los jugadores de la Selección en los últimos días sirven como una síntesis de lo que significó ganar el Mundial de Qatar: Argentina –o el fútbol argentino– se revaloriza, homologa desde lo colectivo un status que ya tenía por individualidades. Ayer, Otamendi en Benfica; Paredes y Di María en Juventus; Mac Allister de vuelta en el Brighton –donde hizo dos goles y fue ovacionado de pie– y hasta Scaloni en Mallorca, donde vive, volvieron a sentir lo que es quedar en la historia. Una reivindicación que continuará hoy y se extenderá en el tiempo.

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Héroes. Aunque estén lejos de casa, los campeones fueron ovacionados. Di María y Paredes en la Juventus; Otamendi en Benfica y Mac Allister en el Brighton, donde ya es la figura del equipo. | captura/afp/na

Las banderas argentinas aparecen, casi de repente, en cada tribuna de cada estadio europeo. En el Calcio, en la Premier, en la liga portuguesa o en la española. Aparecen cuando un campeón del mundo es recibido con su medalla colgada y desde los cuatro costados lo aplauden y ovacionan. Es difícil de mensurar la dimensión de la Copa del Mundo ganada hace algunas semanas en Qatar, pero esas postales pueden servir como una síntesis: Argentina –o el fútbol argentino– se revalorizó, homologa desde lo colectivo un status que ya tenía por individualidades. Banderas en tu corazón.

En un mundo evanescente, la oferta millonaria del Chelsea al Benfica –que existió, pero no fue por el monto que se había hablado al principio– por Enzo Fernández es quizás la manera más tangible de comprobar que los futbolistas de la Selección adquirieron otro valor después del Mundial. 

Porque aunque en el fútbol internacional el dinero parece todo, no lo es. Queda demostrado en este festejo que perdura 20 días después, en la felicidad de Messi, Di María y todos los jugadores de la Selección. Pero también se expande: entonces, la alegría se convierte en reivindicación y homenaje en sus respectivos clubes. 

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El saludo de Nicolás Otamendi al público del Benfica, con las pantallas del Estadio da Luz con su nombre, suelta un símbolo de este tiempo. La ovación a Leandro Paredes y Ángel Di María en la Juventus, también. 

El tremendo recibimiento a Leo Messi en su vuelta al PSG: Pasillo de honor y abrazo con Neymar

Es la primera vez de las tres en que Argentina salió campeón del mundo que sus futbolistas no viven ni juegan en el país. Lo que en 1978 o en 1986 era una excepción ahora es la regla. Solo Franco Armani recibirá el saludo en estadios argentinos, con hinchas que sufrieron y gozaron casi como él.

La particularidad se dará con Messi, que llevará su felicidad y medalla de campeón del mundo a Francia, el país al que la Selección le ganó la final más épica de la historia de los mundiales. Hay quienes deslizan que en algún estadio podría ser silbado, algo que sabremos con el correr de las semanas. Por lo pronto, en tierras francesas también afloran los homenajes: a Messi sus compañeros del Paris Saint Germain lo recibieron con un pasillo; y a Nicolás Tagliafico, con flores y una camiseta que decía “champion du monde”.

En el Brighton, a Alexis MacAllister lo recibieron hace unos días con cotillón y abrazos, y ayer devolvió ese homenaje en forma de goles: hizo dos en la goleada 5-1 ante el Middlesbrough por la FA Cup. Uno fue de taco, lo que derivó en que todo el estadio se pusiera de pie y lo ovacionara. 

Al que también ovacionaron, aunque no juega, fue al entrenador Lionel Scaloni, quien dio ayer el puntapié inicial en el partido que Mallorca le ganó a Valladolid por 1 a 0. El DT, nacido en Pujato, Santa Fe, es vecino del club balear donde se desempeñó como mediocampista en el plantel de 2008, fue ovacionado en el estadio Mallorca Son Moix y recibió como obsequio una camiseta con el número 5 y su nombre impreso en el reverso. En ese homenaje al entrenador que nos hizo felices, está también el homenaje a todo el fútbol argentino.
 

Lautaro rompió su mala racha

Después de un Mundial que él mismo definió como un poco decepcionante por su actuación individual, Lautaro Martínez volvió a convertir. El delantero argentino hizo el segundo gol en el empate por 2-2 entre el Inter y el Monza, por la fecha 17 de la Serie A, que en el turno matutino había tenido la victoria de la Juventus, con Di María como titular, contra el Udinese. La Juve quedó segunda a cuatro puntos del Napoli, que hoy domingo enfrenta como visitante a la Sampdoria. Hoy, además, pero en España, juegan Atlético de Madrid y Barcelona, en un partido que también tendrá a varios campeones del mundo.