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ELECCIONES CABA

Batalla individualismo o respeto institucional

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Los porteños. “Son institucionalistas y no les gustan los jefes ni el autoritarismo”. | NA

El Gobierno juega a fondo, necesita ganar CABA y terminar con el PRO. Le es una molestia para su plan de hegemonizar el país. Finalmente si Mauricio tiene razón y Caputo nunca llega al 2% de inflación anual, Milei siempre tendrá alguien de su espectro ideológico que está agazapado como alternativa política. Después le queda el peronismo. Al que quiere sepultar en octubre.

En el jugar a fondo todo está permitido, el vocero candidato haciendo anuncios económicos, entusiasmar con la posibilidad de usar dólares negros, hacer suponer que los productos importados bajarán 30%, y por supuesto hacer énfasis a los jóvenes de que las consolas y los juegos que utilizan en redes estarán cada vez más a la mano. Y de yapa anunciar que sacarán una nueva ley de inmigración. Dureza hacia el extranjero, como si viviéramos en la Europa de la derecha populista que se protege de la invasión de los musulmanes.

Todo esto es de manual y lo describe Giuliano Da Empoli en Los ingenieros del caos. Una derrota en CABA cuestionaría la idea de que el Gobierno está en un ascenso imparable. Le haría menos fácil fagocitarse al PRO en la provincia de Buenos Aires.

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Los porteños por historia cultural son la representación casi pura de la clase media que aspira a la movilidad ascendente, que dejó de ser en el país hace tiempo. Mayoritariamente son individualistas, creen que la obligación del gobernante es quitarle los obstáculos por delante, para la propia realización personal. Pero también son institucionalistas y no les gustan los jefes ni el autoritarismo.

La posibilidad de que Adorni pueda ganar depende de que Lospennato no crezca, al tiempo de que Larreta, Marra, Olivetto tengan la menor cantidad de votos posible. Ficha Limpia le dio al PRO la posibilidad de crecer, con una candidata de perfil difuso para el electorado. Del otro lado está Santoro, a quien le ponen freno a su crecimiento, el voto de la izquierda, el de peronismo de Moreno, y también algunos que se le fugan hacia Larreta. Pero la principal lucha está en la mente de los electores del arco de la centroderecha. Deben decidir entre ser individualista y mirar las medidas económicas o al tiempo que aceptan el rumbo económico tirarle de la oreja al Presidente por lo que muchos consideran falta de institucionalidad y respeto a las normas. De cómo se resuelva esa batalla dentro de la mente de esos electores depende la posibilidad de Santoro de ganar la eleccion.

Es cierto que viene de obtener 32% de los votos como candidato a jefe de Gobierno. Pero esa elección era conjunta con la de presidente. Las mejores elecciones del peronismo en elecciones intermedias no pasaron de 25% en este siglo.

Para pensar en más puntos hay remontarse a la época del menemismo. Quiere decir que si Santoro obtuviera más del piso histórico de elecciones intermedias, estaría haciendo una buena elección y mostrando al resto del peronismo que debe abrirse a nuevas formas de hacer politica.

Capitanich declarando que no se puede seguir haciendo política porque sufrió muchas agresiones y aunque la gente no llega a fin de mes no entiende por qué vota al oficialismo es una muestra de dirigentes que no entienden que estamos en un nuevo tiempo. No por nada el peronismo fracasó en las elecciones provinciales.

Que la LLA logre éxitos en las capitales de provincias no debiera asombrar. Alli obtuvo muchos votos en primera vuelta, y en segunda vuelta la diferencia con Massa fue superior a 30 puntos. Volviendo entonces a CABA.

Si Adorni perdiera, no sería una buena noticia para Milei, más allá de que haya declarado que un buen resultado sería estar un punto por debajo de Santoro.

*Consultor y analista político.