En el marco de una larga crisis económica, con el 50% de la población en la pobreza y en una inflación galopante, La Libertad Avanza logró un triunfo significativo en una contienda bisagra de los últimos cuarenta años. Un cambio de época, ya que apunta a la reconfiguración del sistema político y del Estado.
En Argentina, se conoce al neoliberalismo en el gobierno, ya que se puede reconocer en la factura de la gestión del proceso militar, pero además, es la tercera vez que triunfa en el marco de la democracia liberal, con la elección del segundo gobierno de Carlos Menem, de Mauricio Macri y de Javier Milei respectivamente. Pero si bien el actual presidente electo, pertenece a esta corriente del pensamiento económico y permite inferir en primera instancia la orientación de su futuro próximo gobierno al adelantar por ejemplo, su plan de privatización de YPF y de los medios de difusión públicos. No obstante, hay aspectos que permanecen de momento, incógnitos. Es la primera vez en el mundo que llega al gobierno un libertario y desconocemos con exactitud, (tanto los que lo eligieron como los que han apoyado la otra opción), su postura en una gestión de gobierno. Esto indica la profundidad de la crisis, se elige finalmente, a un outsider poco o nada conocido, que se abrió paso en la política casi únicamente, con un manejo significativo de los medios tecnológicos dominantes y de las presentaciones performáticas.
Anticipando algunos aspectos que llevará adelante en su gestión, ha pronunciado su discurso –después de conocerse el resultado, con algunos adelantos–, retomando el formato radicalizado que lo identifica.
Agradeció a “la gente de bien” que lo había votado, rechazó la posibilidad del gradualismo en sus medidas, anticipó una línea dura respecto a las cuestiones de seguridad en las que incluyó el tratamiento de las protestas callejeras, quedó pendiente la pregunta acerca de cómo llevaría a cabo sus medidas, en el marco de la democracia representativa. En una postura de política realista, recordó que está en manos del gobierno bajo la presidencia de Alberto Fernández, la responsabilidad de la gestión hasta el próximo 10 de diciembre, lo que le permitirá, no responsabilizarse él, sino al gobierno saliente de la crisis y lograr la comprensión de los tiempos que podrían llevar sus soluciones.
Por otra parte, aludió al deseo de volver a la Argentina del modelo agroexportador del siglo XIX, en un intento de colocar allí, el mito fundacional.
El haber la fórmula presidencial ganado a nivel nacional en 22 de 24 provincias, –prácticamente todas las provincias–, refuerza la idea de que estamos ante un cambio de época, si se observa que la visualización de gran parte de la ciudadanía que optó por Milei como presidente, ha resultado independiente de la elección para esas gobernaciones de otras pertenencias a nivel local. Estamos ante la presencia, una vez más en la historia política argentina de un líder carismático, lo que la sociedad logra de manera frecuente, en consonancia con los vientos de derecha que soplan por el mundo, hoy.
*Sociólogo. Profesor Titular Regular Plenario de Sociología General. FSOC. UBA. IGG. Flacso.