Los lectores publican dos cartas en el Correo de hoy indicando sendos errores en distintas ediciones del pasado fin de semana, ambos cometidos en el marco de la información vinculada con la reunión del G20. Tienen razón ambos: en uno de los casos, la equivocación tuvo que ver con un registro de política internacional; en el otro, con la búsqueda de financiación para obras públicas. Veamos:
◆ El señor Osvaldo Zampini se refiere a las gestiones en desarrollo con el gobierno e inversores financieros de Alemania para la concreción de una megaobra destinada a resolver cuestiones de riego, de energía y de regulación de inundaciones y sequías en la región patagónica precordillerana: la represa Chihuido I. Está mencionada en dos artículos publicados el sábado 1°: en la página 3 se dice que se trata de “uno de los temas que interesa a Alemania como inversor, la represa neuquina Chihuidos” (aquí hay un error no indicado por el lector: la “s” al final del nombre del emprendimiento); y en la página 10 se dice en una infografía que la empresa germana Siemens “apunta a financiar la represa de Chihuido en Chubut”.
El lector tiene razón: el proyecto mencionado es la construcción y puesta en marcha de la presa y central hidroeléctrica denominada Aprovechamiento Multipropósito Chihuido I, que se pretende instalar sobre el río Neuquén, en cercanías de la localidad de Las Lajas, a poco más de cinco kilómetros aguas abajo de la confluencia con el río Agrio y a 155 kilómetros de la capital neuquina. La presa tendrá más de un kilómetro de largo y más de cien metros de alto. El embalse contendrá más seis millones de metros cúbicos de agua, y la central hidroeléctrica dará energía por 637 megavatios mediante cuatro turbinas Francis de eje vertical.
◆ Carlos Francisco Escudero puntualiza que es incorrecta una afirmación en la nota “India, Japón y Corea, tres asiáticos con los que se apuntó a fortalecer el comercio”, publicada en la página 6 de PERFIL del domingo 2. En el penúltimo párrafo se hace referencia al encuentro del presidente Mauricio Macri con el primer ministro de la India, Narendra Modi, en el cual –se dijo luego de la reunión– se trataron temas vinculados “con la agricultura y la industria de la alimentación, la tecnología espacial, la defensa y las industrias del gas, el petróleo y la energía nuclear civil”. Lo que cuestiona el lector es lo se señala más adelante: “Macri además recibió la invitación a viajar a la India en febrero, en la que sería la primera visita de Estado de un mandatario argentino a ese país”.
Como bien lo puntualiza el señor Escudero, no sería esa la primera: en noviembre de 1961 (un año signado por amenazas militares, huelgas, conflictos sociales y encuentros con figuras internacionales importantes), el entonces presidente Arturo Frondizi fue recibido con ceremonial de Estado por Jawaharlal Nehru, jefe del gobierno indio, en el marco de una gira que lo llevó también a Canadá. Fue, Frondizi, el primer mandatario latinoamericano en visitar la India. Ese año de 1961, el presidente argentino se había reunido ya con su flamante par norteamericano, John Fitzgerald Kennedy, y en Buenos Aires con el ministro de industria de Cuba, Ernesto
Guevara. Los historiadores coinciden en señalar que el objetivo de Frondizi era mantener a la Argentina en una posición no comprometida con ninguna de las partes en pugna durante la guerra fría. Como era de esperar, la entrevista con el Che (concretada con extrema reserva que no alcanzó para impedir que trascendiera) motivó un fuerte planteo del poder militar y contribuyó, meses después, a su derrocamiento y su reemplazo por José María Guido.