Está herido, enojado y conoce demasiados secretos del hombre más poderoso del mundo. El ex abogado de Donald Trump, Michael Cohen, es la mayor amenaza para el presidente de Estados Unidos. Ayer volvió a la carga y acusó a su ex jefe de conocer y ordenar los pagos por silencio a dos de sus amantes durante la campaña presidencial de 2016. “Trump estaba muy preocupado por cómo esto afectaría la elección”, dijo el letrado, sentenciado esta semana a tres años de prisión, a la cadena ABC News.
“En primer lugar, nunca se hizo nada en la Organización Trump que no pasara por Trump. El me ordenó que hiciera los pagos, me instó a que me involucrara en estos asuntos. El sabe la verdad. Yo sé la verdad. Otros saben la verdad”, disparó Cohen, que colaboró con el fiscal especial Robert Mueller, a cargo de la investigación sobre la trama rusa. “Y aquí está la verdad: gente de los Estados Unidos de América, gente del mundo, no crean en lo que está diciendo. El hombre no dice la verdad. Y es triste que yo deba asumir la responsabilidad de sus sucias acciones”, añadió.
Trump aseguró que no le ordenó a su abogado que violara la ley. En la entrevista, en cambio, Cohen desmintió a su ex jefe. Consultado sobre si Trump sabía que los pagos a la actriz porno Stormy Daniels y a la modelo de Playboy Karen McDougal estaban mal, el abogado contestó: “Por supuesto”.
En diálogo con el periodista George Stephanopoulos en el programa Good Morning America, Cohen dijo que no cree que el presidente dice la verdad cuando niega la supuesta colusión con Rusia durante la campaña. “No quiero poner en peligro ninguna investigación”, contestó, al rehusarse a dar más detalles.
El abogado aseguró que aceptó colaborar con la Justicia porque está “cansado de las mentiras” de su ex jefe. “Estoy cansado de ser leal al presidente Trump. Di lealtad a alguien que, en verdad, no la merece”, aseguró, en su primera entrevista desde que fue condenado por evasión impositiva y violación de la ley de financiación de campañas electorales.
Reacción. Trump se distanció de Cohen y aseguró que “nunca” ordenó a su ex abogado “violar la ley” y que “aceptó esos cargos para avergonzar al presidente” y obtener “una sentencia de prisión muy reducida”. Por su parte, uno de los voceros de la Casa Blanca, Hogan Gidley, acusó a la prensa de “dar credibilidad a un criminal convicto”. Gidley cuestionó que se dé por cierto el testimonio de una persona condenada que “ha admitido ser un mentiroso”. n
