Timar: estafar a otros con promesas que luego no se cumplen.
Embelecear: engañar con halagos y zalamerías.
El timo: el gobierno de CFK embaucó a su pueblo con la consigna “pesificar es ahorrar” mientras entusiasmaba a la titular del Banco Central a emitir moneda criolla sin limitaciones para “financiar el desarrollo”. La sonriente Marcó del Pont se sintió Moisés conduciendo el pueblo hacia la Tierra Prometida sin saber que Dios, si bien ayudaba a los judíos con un maná del cielo durante la travesía, tal “beneficio” caía acotado y requería tantos riesgos como esfuerzos. Creyó que el desarrollo aparecería por sus místicos anhelos y desde ahí entendió encontrar el mágico respaldo de la productividad estabilizadora.
Pero la cronología de los sucesos no siguió un camino bíblico. En el año 2011 las reservas del Banco Central eran 52 mil millones de dólares, mientras los pesos circulantes se triplicaron por su cantidad desbordada. En este 2013 los dólares de la reserva bajaron a 38 mil millones y nuestros pesitos desvalorizados aumentaron siete veces su circulación sin respaldo y casi respirándole en la nuca al dólar blue.
En tres años los kirchneristas –dueños del Estado y por ello devenidos en fanáticos del “estatismo”– lograron implementar una inflación que afecta al bolsillo del pueblo laburante, profundizando el hambre, la pobreza y el desempleo, recargando con cinismo una presión tributaria que achica el genuino ingreso del pueblo, para peor gravado con el impuesto a las ganancias arrebatado desde 1934 a las provincias “por única vez”, el cual reduce el salario mediante otro timo exasperante. Así respondió la más alta mandataria, defraudando a todos, enseñoreándose de la suma del poder público y pretendiendo adueñarse del Poder Judicial, incluso intentando subordinar a la Corte “Suprema” de la Nación consagrada ésta como la última palabra en decidir sobre la interpretación de la Constitución Nacional.
El embeleco: si la Primera Magistrada ha engañado a sus votantes de buena fe… ¿qué cosa desde su autoritarismo no les haría de movida a los non santos “inversores” en cedines que aprovecharían la volada del blanqueo para limpiar sus caudales en negro…?
Ya a los holdhouts los Kirchner les llamaron “buitres” al cubrirse las espaldas con los financistas que compran bonos en conflicto. Esos primeros tenedores fueron agredidos por NCK llamándoles “estúpidos” por haber creído en la Argentina. Los Kirchner invocan sin sonrojo su pretendida “autoridad moral”, pero fueron ellos mismos los extorsionadores seriales de aquellos desgraciados deudores hipotecarios víctimas de la famosa 1.050. ¿Cuánto tiempo tardaría CFK en deschavar el embeleco prometido a los sospechosos “blanqueadores” del dinero malhabido…? los cuales son fáciles de embelecar y no son muchos, por lo tanto, hasta puede resultar popular perseguirlos en el momento oportuno antes que guarden en sus adoradas bóvedas los cedines del éxtasis liberador. Además, los “embelecados” en este caso ofrecen el flanco débil de los anteriores dineros escondidos, resultando así más fácil presa de los sutiles halagos y zalamerías de los gobernantes autócratas que sólo piensan en “ir tirando” otra década de mando absolutista, como creyó hacerlo el tiránico rey Jacobo II de Inglaterra (1688) quien con estos métodos de no respetar a los demás poderes del Estado provocó la “Gloriosa Revolución” límpida y sin sangre de sus ingeniosos súbditos, por la cual se obligó al déspota a refugiarse en la Francia de su amigo Luis XIV...
*Abogado, historiador y profesor de Derecho Internacional Público.