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Pio XII

La apertura de los Archivos del Vaticano y el Papado de Pío XII

El compromiso argentino con la Shoá, su recuerdo y su evocación debe ser una política de Estado.

 Eugenio Pacelli (Pio XII) 03292019
Eugenio Pacelli (Pio XII) | CEDOC

El Santo Padre dio recientemente un paso superlativo. Decidió proceder a la apertura de los archivos para bucear respecto de uno de los períodos más controvertidos con relación a quien ocupara la Silla de Pedro desde 1939 hasta 1958. Dicha decisión se instrumentará a partir del 2 de marzo de 2020, exactamente un año después del 80º aniversario de la elección al Trono de Pedro de Eugenio Pacelli.

El rol de Pío XII, ungido para ocupar dicho trono de manera concomitante a la Segunda Guerra Mundial, siempre estuvo rodeado de controversias. El best-seller de John Cornwell “El papa de Hitler” es lapidario en acusar a Pío XII, que fue nuncio en Berlín durante el pontificado de Pío XI, de una política concordataria con uno de los mayores genocidas de la historia.

Pero en abierta contraposición al texto de Cornwell, desde el judaísmo se formularon algunas defensas en torno a la figura de Pacelli. Particularmente el rabino David G. Dalin, en su obra “El mito del papa de Hitler. Como Pío XII salvó a los judíos de los nazis”, concluye que Pacelli jamás fue un devoto ni un seguidor de Hitler. La falta de excomunión de Hitler y de Himmler, más que un acto timorato, impidió, en su concepto, una reacción exacerbada de un régimen que no hubiera trepidado en multiplicar, aún más, los exterminios masivos que llevaba a cabo.

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La Iglesia ofrece sus archivos de la dictadura a víctimas y familiares de desaparecidos

La ex canciller israelí Golda Meir, en 1958, el año de la muerte de Eugenio Pacelli, le rindió homenaje en nombre de su gobierno en Naciones Unidas: “Durante los diez años de terror nazi, cuando nuestro pueblo sufrió los horrores del martirio, el Papa alzó su voz para condenar a los perseguidores y para compadecer a las víctimas”.

Si existe una síntesis acabada respecto del encono es la interpretación diversa, e incluso antagónica, del mensaje navideño de Pío XII en 1942. Allí el Santo Padre dijo: “Cientos de miles de personas que, sin haber cometido delito alguno, a veces sólo por la razón de su nacionalidad o su raza, están condenadas a muerte o a una progresiva extinción”.

Para Cornwell, se trató de afirmaciones misérrimas, que gestaban un abismo entre la enormidad de la liquidación del pueblo judío y esas palabras evasivas dirigidas a aplacar la exigencia de protesta, sin ofender al régimen nazi. El rabino Dalin expresó que dicha declaración fue entendida como una clara denuncia respecto del exterminio del pueblo hebreo por los nazis.

El horror del Holocausto

El compromiso argentino con la Shoá, su recuerdo y su evocación debe ser una política de Estado. También debemos señalar que es saludable la decisión del Papa Francisco de proceder a la apertura de los archivos del Vaticano. Por la ontología propia de la labor, seguramente demandará un tiempo prolongado y un esfuerzo supino. Pero estimo que es una llave idónea para determinar cuál fue el rol o la incidencia que pudiera haber tenido, o no, Pío XII en ese baño de sangre que se verificó durante el nazismo.

*Báez, profesor adjunto de Derecho Penal Parte Especial de la Universidad de Belgrano y juez de Cámara en lo Criminal Federal en la ciudad de Buenos Aires