COLUMNISTAS
Defensor de los Lectores

Cómo hacer fácil lo más difícil

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La primera de las cartas que se publican en esta edición (véase página anterior) hace referencia a un problema de claridad –o su ausencia– en lo que se comunica, muy común en estos tiempos en los cuales lo periodístico y lo especializado (ciencia, tecnología, artes, economía; casi todas las actividades, en suma) sufren un divorcio entre contenido y continente. Lo que se dice, muchas veces, es poco comprensible –o decididamente incomprensible– para el lector común, una situación que se agrava cuando el medio es un diario generalista que reúne lectores de la más variada formación.

En su correo, el lector Claudio H. Sánchez se queja por el lenguaje empleado en la columna “Nueva guerra de divisas”, que ocupara la contratapa del suplemento Domingo el pasado 7 de diciembre. El artículo, extraído del sitio www.project-syndicate.org, llevaba la firma de Nouriel Roubini, profesor de la NYU Stern School of Business de Nueva York y presidente de Roubini Global Economics. Se trataba, claro está, de un análisis acerca de lo que Roubini calificaba como “el posible inicio de otra guerra de divisas”. Un tema árido, casi inalcanzable para cualquier lector no preparado en los vericuetos de la economía internacional. Lo que el señor Sánchez cuestiona no es el fondo del tema sino la terminología empleada para difundirlo. Hace pie sobre dos recursos muy específicos: “flexibilización cuantitativa” y “desapalancamiento”. Debemos darle la razón al lector cuando señala que “tratándose de una columna en un diario de interés general, el columnista debería explicar esos conceptos al público no especializado”. En homenaje a la verdad, es preciso destacar que el sitio donde fue publicado originalmente el artículo es especializado en Economía, por lo que no le cabe el sayo al autor, que escribió para sus colegas o para lectores preparados. ¿Le cabe entonces a este diario, que fue el medio elegido por el señor Sánchez? En parte, es válido considerar que sí: al editar la contratapa de Domingo se pudo dar una breve explicación acerca de estos dos términos, usuales en la materia abordada pero poco conocidos por la mayoría de los lectores de PERFIL.

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La cuestión de cómo acercar mejor los temas áridos al común de la gente es tema de análisis y discusión de los expertos en comunicación. En un artículo titulado “Recursos de estilo en los textos periodísticos de divulgación”, el catedrático Ramón Salaverría Arriaga, de la Universidad de Salamanca, afirma que el gran objetivo en la materia es “combinar el conocimiento científico con la destreza comunicativa”, aunque advierte: “Sin embargo, se ha demostrado un cóctel difícil de poseer. Los científicos adolecen a menudo de dotes comunicativas públicas que convierten sus palabras en inextricables mensajes cifrados para el público general”. Agrega: “Por su parte, los periodistas pecan a menudo de importantes lagunas en sus conocimientos sobre ciencias naturales y exactas, lo que desemboca en frecuentes errores e inexactitudes en el tratamiento de la información científica y tecnológica”. Basta cambiar la especialidad por Economía y nos encontraremos ante la justificada inquietud del lector Sánchez, para quien traducimos (o intentamos traducir) a continuación los dos términos que lo inquietan:

  • El economista James Levy definió así la flexibilización cuantitativa: “Se trata de una medida desesperada de los bancos centrales para estimular una economía letárgica cuando las herramientas habituales, como las bajas de los tipos de interés a corto plazo, ya no resultan efectivas”. Es, claro, una simplificación, y como tal merece ampliaciones. Es interesante este video animado para una mejor comprensión del tema: https://www.youtube.com/watch?v=svbNLxTfePI.
  • La palabra “desapalancamiento” define, claro, el proceso inverso del apalancamiento, un término muy utilizado en Economía y particularmente en finanzas. Simplificando, es “la relación entre crédito y capital propio invertido en una operación financiera”. El desapalancamiento al que se refiere Roubino es uno de los factores que explican la crisis internacional de la última década. Para una mejor comprensión, el lector podrá visitar http://www.expansion.com/diccionario-economico/apalancamiento.html.