La crisis boliviana puede derivar en una tregua, pero no en una solución definitiva. Así lo mostró el resultado del referéndum revocatorio que Evo Morales ganó ampliamente con dos tercios de los votos a nivel nacional, pero en sus regiones triunfaron los cuatro prefectos que gobiernan los departamentos del oriente de país, que reclaman la autonomía (Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Pando y Beni). La crisis boliviana ha tenido efectos regionales en momentos en que la presencia militar rusa en la región suma otro elemento de tensión. Venezuela, siguiendo la decisión de Bolivia, expulsó al embajador de los Estados Unidos, y Honduras, que recientemente se sumó al ALBA, congeló el plácet pedido por Washington para su nuevo representante diplomático. Ecuador, que acaba de firmar un acuerdo de cooperación energética con Irán, también ha criticado a Estados Unidos por la crisis boliviana, mientras que Raúl Castro desde Cuba ha respaldado al gobierno boliviano, pero con mucha más mesura que Chávez. La reunión de los presidentes de Unasur en Santiago de Chile fue una reacción importante frente a la crisis, pero mostró limitada capacidad de acción frente al problema concreto. Se evitó mencionar a Estados Unidos como reclamaba Chávez, pero no se tendió un puente con los prefectos autonomistas sin cuyo acuerdo no se resolverá la crisis. Mientras tanto, se realizan en Venezuela los ejercicios aéreos sobre el Caribe entre la Fuerza Aérea venezolana y dos bombarderos rusos de largo alcance con capacidad de llevar misiles nucleares, en respuesta a la política estadounidense de instalar el escudo antimisiles en Europa Central y apoyar el ingreso de Georgia y Ucrania a la OTAN. Cabe recordar que Nicaragua ha sido el primer país del mundo en reconocer la independencia de Abjazia y Osetia del Sur. Por su parte, Bolivia anunció que si Estados Unidos le retira los helicópteros suministrados en el marco del programa antidroga, los obtendría de Rusia. La combinación de la regionalización de la crisis boliviana y la presencia militar rusa en la región crea para Washington una crisis sin precedentes en América latina desde la caída del Muro, la que también pone a prueba el liderazgo brasileño en América del Sur.
Mientras tanto, Evo Morales está perdiendo el monopolio del indigenista dentro de Bolivia. El quinto departamento en manos de la oposición es Chuquisaca, cuya prefecta, Sabina Cuellar, es una indígena que sólo sabe leer y escribir y tiene una firme oposición a Evo, coincidiendo con los autonomistas. Mientras el presidente pertenece a la etnia aymara, Cuellar es de la quechua, enfrentada desde antes de la llegada de los españoles. Evo Morales ha dado a las etnias indígenas categoría constitucional de naciones, y la tercera es la guaraní, de menor importancia, pero predominante en las regiones fronterizas con Paraguay. Si el conflicto se profundiza, el enfrentamiento entre etnias indígenas puede ser un factor desfavorable para Evo Morales. Pero el nacionalismo ha reaparecido, como en otros momentos de la historia del país, como un factor gravitante, y desde esta perspectiva, Chávez parece estar cometiendo el mismo error que el Che Guevara cuatro décadas atrás, cuando fue percibido por los indígenas bolivianos como el líder de una incursión extranjera en el país.
Para la Argentina la crisis boliviana presenta varios riesgos: el más evidente, el de ver afectado el suministro de gas; en la frontera norte, la posibilidad de que si el conflicto se profundiza, se produzca una afluencia importante de inmigrantes buscando seguridad; el riesgo de que el apoyo a Morales termine identificando al Gobierno con su posición, en momentos en que Estados Unidos hace público que existen tensiones en la relación bilateral; y finalmente, la posibilidad de que la relación especial con Venezuela acentúe la proximidad con Chávez cuando éste se enfrenta con Estados Unidos, introduce la presencia militar rusa en la región y denuncia al gobierno norteamericano por supuesta manipulación en la causa judicial conocida como el Valijagate.
*Director del Centro de Estudios Unión para la Nueva Mayoría.
Cómo nos afecta la crisis en Bolivia
La crisis boliviana puede derivar en una tregua, pero no en una solución definitiva. Así lo mostró el resultado del referéndum revocatorio que Evo Morales ganó ampliamente con dos tercios de los votos a nivel nacional, pero en sus regiones triunfaron los cuatro prefectos que gobiernan los departamentos del oriente de país, que reclaman la autonomía (Santa Cruz de la Sierra, Tarija, Pando y Beni).
