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PANORAMA económico

Confirmado: Argentina no crece hace 12 años (pueden ser 13)

El Indec informó que la economía cayó 4,5% en 2023. En el período 2011-23, creció apenas 0,8%, un virtual estancamiento.

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País de sube y baja. | Pablo Temes

El dato pasó desapercibido. En medio de la crisis de la economía real mientras el sistema cambiario ve desplomarse al dólar, las batallas múltiples y todo terreno de Javier Milei, las negociaciones con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y, en definitiva, la mirada obligatoriamente puesta en lo que vendrá; pocos se detuvieron a analizar la información publicada por el INDEC  la semana anterior. Algo explicable, dado que se trataba de información sobre el pasado; una cuestión que en estos tiempos poco interesa. Sin embargo, se confirmó una realidad que los analistas descartaban que sucedería.

En 2023 la economía cayó 4,5%, con una baja de 0,4% en diciembre contra noviembre. Alberto Fernández completó así una faena en sus cuatro años de gestión de una baja de 9% en 2020 (pandemia mediante), una suba de 10,7% en 2021 y un alza de 5% en 2022. Esto implicaría un azul residual de algo más de 3,3% total; lo que implica algo parecido a un alza de la economía de 0,5% anual; pero con una caída del PBI per cápita de 1,6%.

O, mensurado de otra manera, cuatro años de estancamiento o de leve caída de la economía en términos reales. En conclusión, el país durante el período presidencial de Alberto Fernández, mantuvo su economía en el mismo lugar.

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Pasó de un PBI per cápita de US$ 12.994 a US$ 12.249. La nada. Un país que no crece

O, incluso, mostró un leve retroceso. Los defensores del ex presidente dirán que, dadas las circunstancias, no fue un resultado tan malo, dados efectos de la Pandemia, las crisis internacionales y el irrespirable clima político interno que le tocó vivir a Alberto Fernández. Los críticos hablarán de cuatro años perdidos, sin plan económico, de desmanejo fiscal, con una situación financiera, fiscal y monetaria  a punto de estallar y una pobreza estructural descansando por arriba del 40%.

Quizá todos tengan algo de razón. Como siempre cuando se analiza la performance económica de todo un período presidencial. Lo cierto es que hay una conclusión inevitable: durante los cuatro años de gestión de Alberto Fernández, la economía no creció. El país se estancó. Cuatro años perdidos.

Sin embargo, hay algún consuelo para el ex jefe de Estado. Su herencia económica no dista mucho de lo que sus dos antecesores mostraron como resultados. Ni la última etapa de Cristina Fernández de Kirchner ni el gobierno de Mauricio Macri tuvieron gran logros económicos. Más bien, lo contrario. Al punto que puede concluirse al analizar la curva de crecimientos y retrocesos de la economía, que Argentina hace exactamente 12 años que se encuentra en el mismo lugar. Según la medición oficial, el crecimiento de la economía del país en el período 2011- 2023 registró un crecimiento total real de 0,8%; lo que implica un estancamiento virtual en todo el período, con obvias alzas y retrocesos anuales.

Lo que se reconstruyó, se perdió. Y en definitiva se volvió al mismo lugar

En síntesis, la economía argentina hace 12 años que no crece, que se mantiene en el mismo nivel; y que incluso cae en términos reales midiendo PBI per cápita. Hubo obvias fluctuaciones como un alza real del PBI en 2017 (récord del período con un PBI de 642,6 miles de millones de dólares) y una recuperación de la economía en el período pos Pandemia; pero alzas luego destruidas por años negativos como el 2018- 2019 o el 2023. Lo que en algunos momentos se reconstruyó, luego se perdió. Y, en definitiva, se volvió al mismo lugar.

En números duros, en 2011 Argentina mostró un PBI de U$S 527,2 miles de millones, mientras que el ejercicio pasado cerró con un aumento de 639 mil millones. Con un PBI per cápita que pasó de 12.994  (medido en dólares corrientes) a 12.249 dólares.

La nada. Un país que no crece. Que no avanza. Y que ajustado por el crecimiento de la población (creció 16%), se registró una  de 13%. Prácticamente la misma relación en el salto de la pobreza de un nivel estructural de 30 a un nuevo piso de 40%. El que hoy pelea además el 50%.