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opinion / crisis politica española

Contra Rajoy vivirán mejor

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. | ilustracion: pablo temes

A estas alturas se ignora si Mariano Rajoy querrá ejercer de líder de la oposición u optará por ordenar la casa, sugerir heredero y retirarse a sus lares registrales o a ocupar plaza en el Consejo de Estado como ex presidente del Gobierno. Sería mejor lo segundo que lo primero. Su ciclo ha concluido y lo ha hecho, además, de forma abrupta y, para él, inesperada. Es duro afirmarlo, pero reflotar en los sondeos al PP hasta niveles electorales competitivos va a ser una tarea muy ardua. Consulten el panel de El Confidencial que está realizado de una manera que permite valorar mejor que otros sondeos la evolución de los comportamientos de los electores. El PP ha perdido reputación y ese es un proceso de desagregación de voluntades que no ha concluido porque el historial de sentencias pendientes sobre casos de corrupción es realmente grave.
Volvemos a la historia ya sabida: la gangrena no tiene cura y hay que amputar el miembro enfermo como única terapia. En el PP la curación no requiere de un tratamiento solo sintomático, sino de fondo. El partido no padece una gripe sino una tumoración cancerígena que ha asaltado al paciente con las defensas bajas y escasísimos recursos. En tanto Rajoy siga en la organización, el elefante estará en la habitación. El ex presidente es un político con mucho fondo, maratoniano, resistente, correoso y experimentado. Puede tener la tentación de mantenerse en la vida activa. Si lo hace, el PP corre el riesgo de que su figura siga siendo la argamasa de una mayoría tan circunstancial como la que ayer hizo a Pedro Sánchez presiente del Gobierno, no por sus méritos, sino por los deméritos de su predecesor.
Hasta es dudoso que el secretario general del PSOE desease ganar la moción. Le pidió la dimisión el jueves de manera directa y nítida para que “decayese” la censura. Porque si es ingrato para Rajoy salir despedido, no es tampoco confortable para Sánchez resultar investido por reacción contra su predecesor. Rajoy en activo, Rajoy en el escaño, Rajoy presidente del PP, Rajoy líder de la oposición, sería el mejor regalo para la nueva y precaria mayoría gubernamental y óptimo para Ciudadanos. Ni él ni el PP deberían caer en esa trampa.
Si este ex Gobierno –que ha dirigido también el partido– pretende seguir siéndolo en la sombra, sin renovar la organización a costa de sangre, sudor y lágrimas, tendremos Sánchez para mucho tiempo. Si, por el contrario, se sanea el partido en nombres y comportamientos y se marca una buena ruta en la labor de oposición, la mayoría que ha apoyado la censura terminará clamando: “Contra Rajoy vivíamos mejor”. De eso se trata. De superar la etapa de Rajoy –aceptando solidariamente las responsabilidades históricas y capitalizando los aciertos que se hayan logrado– y volver a comenzar. Bill Gates aconseja frecuentemente que más que de los éxitos, las lecciones deben extraerse de los fracasos.

*El confidencial.es.