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Cortinas de humo de porro y crack

La pareja Cristina-Mauricio cumple cien días gobernando, un país y su capital. Raro país cuya constitución lo define como federal con capital en Buenos Aires, y cuyo destino, en lo fundamental, se administra según un patrón unitario con capital en Puerto Madero.

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La pareja Cristina-Mauricio cumple cien días gobernando, un país y su capital. Raro país cuya constitución lo define como federal con capital en Buenos Aires, y cuyo destino, en lo fundamental, se administra según un patrón unitario con capital en Puerto Madero.
 De la ciudad, que según los designios de Durán Barba a esta altura debería estar “muy buena”, no tenemos nada bueno ni nuevo que decir; salvo, quizás, el triunfo del jefe de Gobierno en sus primeros rounds con los gordos del antiguo sindicato municipal. En lo demás, no pasa nada: las ruinas del Teatro Colón siguen tal como las dejara el pomposo Máster Plan de Ibarra y Telerman; los baches se han profundizado con las lluvias; y la basura se apila húmeda en las esquinas. 
Del país, que bien podría estar peor, tampoco hay mucho que decir. Lo más importante es lo que no se ve, unas veces porque en esta gran fábrica de soja y de bonos al servicio de los bancos bolivarianos se hace ocultamente y otras, porque pasa desapercibido tras esa gran fábrica de cortinas de humo que es el Poder Ejecutivo Nacional. Ahora lanzaron una cortina de humo de porro y crack que simula despenalizar el consumo de algunas drogas como si no estuviese vigente la orden impartida en junio por Dr. Aníbal Fernández, cuando, según la prensa de 20 de junio de 2007, “ordenó a las fuerzas de seguridad que dejen de perseguir a los consumidores y se enfoque en realizar tareas de inteligencia para dar con las bandas de narcotraficantes”. 
Es raro que un ministro haya ordenado incumplir la ley 27.737 que establece prisión y multas a quien tuviere en su poder estupefacientes. Pero no era lo único raro que ocurría en un país que, con pretextos meteorológicos, durante casi un año permaneció desradarizado y con decenas de narcocessnas volando a pleno.
Pero las leyes están para eludirlas o para demorarlas: chicanas y ausentismos paralizaron tres años la ley antitabaco para beneplácito de los representantes de las siete provincias productoras de la droga. Ahora, por arreglo con cinco provincias vitivinicultoras se ha modificado la ley de seguridad vial. A ciertos negocios no les convienen los conductores sobrios tal como a los legisladores y gobernantes de esta ciudad no les conviene que se cumpla la ley de comunas que fijaba para diciembre de 2006 la fecha tope para unas elecciones de autoridades que se seguirán bi, o tricicleteando.