—¿Qué lectura hace del hecho de que cada vez más mujeres ocupen los máximos cargos de poder, como es el caso de Cristina Fernández?
—Me parece excelente. Es tiempo de que las mujeres puedan participar en la vida política y que lleguen a los mismos puestos que los hombres. Pero el hecho de que haya mujeres en el poder no quiere decir que éstas sean necesariamente mejores que los hombres. Creo que no se ha logrado un progreso en cuanto al tratamiento que la prensa y muchas otras personas les dan a las mujeres que juegan un papel importante en la política, ya que se hacen comentarios respecto de la manera en que se visten y de cómo se arreglan, mientras que nunca se oyen esos comentarios cuando se trata de hombres.
—¿Y usted cómo definiría a la nueva presidenta?
Me parece una mujer muy inteligente y que además tiene una carga política propia, ya que no es presidenta por ser la esposa de Kirchner, sino que tiene una trayectoria personal. Me parece muy importante que ella no se sienta obligada a dejar de lado su femineidad para actuar políticamente. Tiene ideas muy claras y es una persona que está interesada en el debate intelectual. Yo espero mucho de esa Presidencia.
—¿Sabía que Cristina Fernández leyó y elogió públicamente su último libro, “En torno a lo político”?
—Sabía que lo había mandado a pedir durante la Feria del Libro y también que una de las veces que ella fue a México comentó que había leído mi libro y que le había parecido muy interesante. Cuando yo estuve en mayo en Argentina, planeamos una discusión entre ella y yo en la Biblioteca Nacional. Desgraciadamente no se pudo hacer porque no coincidimos en las fechas.
—La presidenta electa rescata la idea central de su último libro, donde plantea la necesidad de una confrontación agonista. ¿Qué opina al respecto?
—Me parece muy importante porque hay una especie de idea general que es errónea y peligrosa, que está vinculada al hecho de que para ser democrático hay que buscar el consenso. Yo critico esa idea consensual y planteo que la política democrática es muy importante que ofrezca alternativas, que la gente pueda escoger. Si los partidos no ofrecen políticas distintas, y si básicamente es una especie de cosa donde no hay gran diferencia, los ciudadanos no se interesan. Es lo que llamo el debate agonístico. Creo que Cristina Fernández de Kirchner lo ha entendido muy bien.
—¿Cree que las declaraciones de la presidenta electa sobre que no aspira a representar a la totalidad de los argentinos pero sí a una gran mayoría van en consonancia con este planteo sobre la importancia de la confrontación?
—Sí, creo que va absolutamente en esa dirección porque reconoce que hay intereses en conflicto y que no se puede representar a todo el mundo. Que va a representar una posición bien clara, pero que va a tratar de convencer al mayor número de personas de que ésa es la vía más adecuada para el país. Habrá quienes se opongan a esa posición que ella defiende.
—¿No resulta contradictorio que al mismo tiempo que la nueva presidenta plantea la necesidad de establecer una confrontación de ideas, sea una de las defensoras de la Concertación Plural?
—Esa idea de Concertación Plural va en dirección de lo que yo llamo la hegemonía, la construcción de un bloque histórico de fuerzas. Y eso implica hacer alianzas. No se trata de alianzas para crear un consenso al centro sino alianzas para crear un bloque de fuerzas que en la confrontación con los otros van a tener una amplitud de bases sociales. Por eso no me parece que haya una contradicción.