COLUMNISTAS
longevidad extrema

Cuestión de edad

Las primeras imágenes se conocieron en junio de 2022 y los títulos fueron unánimes: la característica a resaltar en la quin­ta película de Indiana Jones era la edad de Harrison Ford: 78 años. Ni la novedad de la vuelta de la saga después de tanto tiempo, ni el guión, ni los percances de la filmación (en la que Ford se lesionó un hombro durante una escena de pelea): los casi 80 años del héroe se llevaron toda la atención. (…)

Tómese unos instantes para responder esta pregunta, no conteste enseguida: ¿Cuántas personas de más de cien años piensa que hay en la Argentina? Es probable subestimar el número porque hasta el propio Indec lo hizo: en el Censo de 2010 se esperaba que para 2020 hubiera alrededor de 9 mil personas con más de esa edad en el país. Pero según estadís­ticas del Registro Nacional de las Personas (ReNaPer) en el país viven 15.491 personas con más de cien años. Uno de los grandes avances a nivel de ciencia y startups llegó recientemente por una ventana inesperada: la empresa Loyal logró una ronda de inversión de 58 millones de dóla­res para investigar y comenzar a comercializar varias drogas que servirán para extender la vida de los perros. El hecho de que éste sea un terreno de vanguardia y más fértil que el de los humanos tiene su lógica: las regulaciones para medicina animal son mucho más laxas que las de las personas. Y la de­manda e interés en extender la vida de mascotas hogareñas es enorme, con perros que forman parte de la familia en lo que la socióloga estadounidense Andrea Laurent-Simpson llama “hogares multiespecie”.

Loyal fue fundada por Celine Halihua, una científica y emprendedora que en el pasado conoció a Aubrey de Grey, el primer gurú de la extensión de vida que tuvo mucho éxito en los medios y en Silicon Valley, pero irritaba a la comunidad de biólogos: en 2005, 28 científicos renombrados escribieron un ensayo en el que decían que sus estrategias estaban “más en el terreno de la fantasía que en el de la ciencia”.

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En la actualidad probablemente el gran divulgador de la agenda de longevidad extrema sea el genetista David Sinclair, que tiene un doctorado en la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Australia, y un posdoctorado en el MIT de los Estados Unidos. Sinclair está a cargo de un laboratorio en Harvard, donde investiga por qué envejecemos, y es autor de best- se­llers como Alarga tu esperanza de vida (LifeSpan).

Sinclair remarca que más del 80% de nuestra salud futura depende de cómo vivamos, y no de nuestro ADN. Y que el envejecimiento es la causa de la mayor parte de las enfer­medades, como los desafíos cardiovasculares, la diabetes o el Alzheimer. “Hace doscientos años la velocidad máxima a la que podía viajar un humano era la de un caballo. Éste es nuestro siguiente paso: superar los límites de la salud que hemos heredado”, dijo en una entrevista reciente. Sinclair no es el único académico que sigue de cerca esta agenda. Emily Rogalsky lleva años estudiando en profundi­dad la neurobiología de lo que denomina “super-agers” (super­seniors): llama así a individuos de 80 años o más que man­tienen su memoria intacta, en niveles similares a los 50 años. (…)

Los impulsores del primer “Estado de la longevidad extrema” le pidieron a ChatGPT que eligiera un nombre para esta iniciativa, y la IA generativa sugirió “Zuzalu”, seguramente basada en todo el material que hay en internet sobre las de­nominadas “zonas azules”, aquellos lugares del planeta donde se concentran muchos centenarios y algunos supercentenarios (personas de más de 110 años).

A principios de 2023 se montó esta “ciudad pop-up”, una suerte de campamento de lujo en Tivat, Montenegro, a orillas del Adriático, y asistieron unos 780 entusiastas de la agenda de longevidad, varios de ellos criptomillonarios, con la idea de fundar a futuro un Estado propio que permitiera pro­bar y acelerar (con menos regulaciones) los avances médicos para vivir más años con buena salud.Luego de la experiencia de Zuzalu, entre los lugares en la mira de este grupo aparece Rhode Island, en los Estados Unidos, con pocos residentes y relativamente cerca de los laboratorios que hoy están en la frontera de este tipo de conocimiento.

Aunque parezca increíble, una idea similar –que no pasó de conversaciones y averiguaciones– se dio en la Argentina diez años atrás, cuando un grupo de emprendedores, inverso­res y tecnólogos propusieron que Bariloche se convirtiera en un lugar de vanguardia para nuevas terapias experimentales de longevidad. “Fue a principios de la década pasada; tratamos de convencer a autoridades, no de hacer un ‘Estado’, sino una zona económica libre para estudios en gerontología, aprove­chando la riqueza de profesionales en Ciencias de la Vida que tiene el país”, recuerda el tecnólogo y especialista en longe­vidad Marcelo Rinesi.“Por distintos motivos, no funcionó”.

*Autor de Proxi + 50. 50 ideas para tus próximos 50 años. Editorial Sudamericana. (Fragmento).