Resulta gratificante compartir con los lectores de este diario las inquietudes que suelen manifestar quienes ocupan su interés en leer atentamente PERFIL hasta casi desmenuzarlo y enviar al Correo sus comentarios, críticas o elogios. Ello facilita la tarea de este ombudsman, también sumergido en las páginas con la única intención de mejorar siempre la calidad de lo que la publicación entrega cada semana.
Dos observaciones del lector Carlos Tocagni (véase la página anterior) permiten aclarar sendos errores en las ediciones del sábado 20 y domingo 21.
*El primero de ellos, registrado tanto el sábado como el domingo, tiene que ver con los orígenes y desarrollo del imperio azucarero Ledesma, que ha generado multimillonarios dividendos a sus sucesivos propietarios y fue importante lugar protagónico en diversos momentos históricos de la provincia de Jujuy y del país. Algunos de éstos, de extremo dramatismo.
Es correcto lo que señala el lector Tocagni: Ledesma no fue fundado por Carlos Pedro Blaquier, como se indica equivocadamente en la sección Protagonistas (página 59 del sábado 20, con el título “Un sobrino de Carlos Pedro Blaquier se suicida en un hotel”; y el domingo 21, páginas 54-55, título: “Macri y Juliana, en la última despedida a Martín Blaquier”). La empresa fue el resultado de tres siglos de explotación de la caña de azúcar en los alrededores de la localidad de Ledesma, en Jujuy, y estuvo en manos de diversos propietarios hasta que en 1908 fue fundada la Compañía Azucarera Ledesma, adquirida en 1911 por Enrique Wollman y Carlos Decassé, quienes la rebautizaron Nueva Compañía Azucarera Ledesma. Wollman, un ingeniero alemán de extrema rigidez (sometía a las poblaciones de la provincia –Formosa, Salta y Chaco– a jornadas laborales de doce horas diarias con pago minúsculo), tuvo una sola hija, Paulette, quien se casó con un recién llegado al ingenio, Enrique Arrieta. Paulette Wollman y Enrique Arrieta tuvieron una hija, María Elena “Nelly” Arrieta Wollman. Es en relación con ella que aparece en escena Carlos Pedro Blaquier, miembro de una conspicua familia porteña e hijo de Carlos Félix Miguel Blaquier Alzaga y María Esther Estrugamou Guillon. Carlos Blaquier y Nelly Arrieta se casaron y aquél fue ocupando cada vez mayor espacio en la conducción del emporio familiar hasta que accedió a la presidencia del Ingenio Ledesma en 1970. Lo modernizó, mantuvo una mano dura en su conducción y durante la dictadura se desarrolló en los pueblos de la zona una acción represiva conocida como “La noche del apagón”, en la que fueron secuestrados 400 delegados y obreros de la planta, de los cuales 33 continúan desaparecidos. Blaquier fue acusado de complicidad en los hechos y la Cámara de Casación decretó la falta de mérito en marzo de 2015.
El vínculo entre Nelly Arrieta y Carlos Blaquier quedó roto y él volvió a casarse con Cristina Khallouf. Su riqueza es enorme: posee colecciones de arte, relojes y objetos únicos, una flota de siete barcos lujosos, treinta marineros a su disposición, la de sus hijos y nietos las 24 horas y aproximadamente una decena de aviones de flamante generación.
*El segundo error observado por el lector Tocagni se refiere al Banco Galicia, uno de los mencionados por su presunto interés en la venta del área minorista del Banco Citi. En una pequeña infografía de la página 26, el sábado 20, se dijo que el Galicia es “el banco de las familias Eskenazi y Braun”. En realidad, es propiedad histórica de las familias Escasany, Ayerza y Braun Menéndez. El banco de los Eskenazi es el de Santa Cruz.
Suplemento Eco. Muy agudo fue el lector Claudio Sánchez: detectó que lo que se señaló en el título “Borges y Conan Doyle, modelos” de la página 2 del suplemento dedicado a homenajear a Umberto Eco (domingo 21) no está fundamentado explícitamente en el texto. Fue –según explicó a este ombudsman el editor– una omisión no querida, por la cual pide disculpas a Sánchez y a los restantes lectores.
Título y texto. En la edición de ayer, un anuncio en tapa muestra una fotografía del ex jefe de espías Jaime Stiuso acompañada por un breve texto que afirma: “Declara Stiuso: dirá que hubo encubrimiento en la muerte de Nisman”. Tanta precisión no coincide con la nota interior. En la página 3 se dice al final del primer párrafo que “pasado mañana buscaría aportar elementos que indiquen que se manipularon pruebas en torno a la muerte del fiscal e implicar a las autoridades del kirchnerismo”. El tercer párrafo completa: “La estrategia, según reconstruyeron diferentes fuentes, apuntará a probar el delito de encubrimiento”. Lo que aparece como dudoso es el potencial “buscaría”, que relativiza toda afirmación en futuro del indicativo.