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De Ucrania a Malvinas, del Swift al FMI

1982. En nuestra guerra contra la OTAN, Rusia fue aliada.
1982. En nuestra guerra contra la OTAN, Rusia fue aliada. | Cedoc

Sigue de ayer: ¿Putin es Hitler?

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La proximidad del 2 de abril, cuando se cumplirán cuarenta años del comienzo de la Guerra de Malvinas, hace más resonantes aun las claves geopolíticas de la actual guerra en Ucrania y el reacomodamiento a un mundo multipolar finalizada la Guerra Fría. En aquel momento, la ingenuidad de la dictadura militar la llevó a creer que el solo combate a las guerrillas comunistas en Latinoamérica sería para los Estados Unidos un servicio mayor que responder a su alianza de la OTAN con Inglaterra como socio principal. Y una vez comenzadas las batallas esos militares anticomunistas argentinos terminaron recibiendo información sobre la flota inglesa provista por los satélites, bases y embarcaciones de la inteligencia de la Unión Soviética. Hasta Galtieri terminó recibiendo al canciller cubano, país al que le habían retirado el embajador poco antes, para recibir el mensaje directo del Kremlin con oferta de apoyo.

Nada ingenuo, en cambio, era el jefe del Estados Mayor de la Fuerzas Armadas de Colombia y autor del triunfo final sobre las FARC: Alejandro Navas, quien fue embajador en Argentina entre 2013 y 2017 y actualmente es gobernador del estado de Arauca en su país. El general Navas, cuya tarjeta era una bandera de Colombia hecha en plomo, dijo: “Los militares latinoamericanos éramos cazadores de comunistas a sueldo de los norteamericanos y nos quedamos sin trabajo al terminar la Guerra Fría”. 

Escribo esta columna, como la de ayer, sin un sentimiento antinorteamericano, mi hijo mayor nació en Estados Unidos, país en el que pasé mi exilio el último año de la dictadura militar justamente por haber sido puesto a disposición del Poder Ejecutivo de entonces bajo el cargo de haber servido al Foreign Office de Inglaterra durante la Guerra de Malvinas, triste privilegio de ser el último argentino cuya detención fue ordenada por “traición a la patria”. PERFIL mismo es deudor intelectual del periodismo norteamericano del Watergate con su ombudsman y Código de Etica de su redacción. La mayor escuela de periodismo de ese país, la Universidad de Columbia, distinguió nuestra trayectoria durante la dictadura con el Premio Cabot y, tras el cierre del diario Buenos Aires Herald, dirigentes de la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en Argentina, AmCham, recomendaron que diéramos continuidad a la publicación de textos periodísticos originales en inglés sobre la coyuntura argentina a través del Buenos Aires Times, que todos los sábados se publica junto a PERFIL. 

Pero la afinidad con los valores de la democracia más antigua del planeta no debe impedir un análisis racional de las fuerzas que naturalmente buscan la hegemonía, ni caer en posiciones infantiles, como acaba de explicar el propio Noam Chomsky sobre el supremacismo norteamericano: “Se lee como un cuento de hadas: el mal absoluto confrontado por la pureza total y el noble idealismo. De un lado está el ‘Estado eslavo’, con su ‘designio fundamental’ y su inherente ‘compulsión’ por ganar ‘autoridad absoluta sobre el resto del mundo’, destruyendo a todos los gobiernos y la ‘estructura de la sociedad’ en todas partes. Su maldad absoluta contrasta con nuestra total perfección. El ‘propósito fundamental’ de Estados Unidos es asegurar ‘la dignidad y valor del individuo’ en todas partes. Sus líderes son animados por ‘impulsos generosos y constructivos, y la ausencia de codicia en nuestras relaciones internacionales’, lo que es particularmente evidente en los dominios tradicionales de la influencia estadounidense, el hemisferio occidental, que durante tanto tiempo ha sido el beneficiario de la tierna solicitud de Washington, como sus habitantes pueden atestiguar”.

 De un lado se encuentra la OTAN –como muy bien explica en el reportaje de hoy (que recomiendo especialmente leer con atención) el militar más respetado de la historia contemporánea, el multiconderado ex jefe del Estado Mayor y héroe de Malvinas, Martín Balza–, que precisa seguir controlando el Atlántico sur con el triángulo que conforman Malvinas, la isla Ascensión en el Atlántico ecuatorial y la isla Diego García en el Índico, para garantizar el acceso a la Antártida, y por el otro el Nuevo Eje de Rusia y China con foco, entre otros, en el Antártico.

Vale la pena leer el reportaje completo a Chomsky hecho por el politicólogo de la Universidad de Durham C.J. Polychroniou, titulado “Estamos en un momento crucial de la historia de la humanidad. No se puede negar. No se puede ignorar”.

Otro artículo del mismo Polychroniou permite profundizar sobre la perspectiva norteamericana acerca de la alianza de Rusia y China.

En el reportaje a Martín Balza, se le pregunta por las declaraciones del candidato a presidente de Francia por la Unión Popular y ex ministro del Partido Socialista, además el creador del Movimiento Francia Insumisa, Jean-Luc Mélenchon (en las elecciones de 2016 obtuvo el 20% de los votos), quien desde 2014 viene insistiendo en que si la OTAN avanza hacia el Este, una guerra con Rusia será inevitable. Vale la pena ver su video:

Si la OTAN nació como un tratado de defensa enfrentado al Pacto de Varsovia prosoviético y la Guerra Fría terminó, como también el Pacto de Varsovia, es evidente que la OTAN sigue teniendo adversarios. Otro aspecto interesante de la entrevista con Balza son las bombas atómicas económicas, las que desde 1945, y por el momento, solo cuenta Estados Unidos al haber convertido el dólar en moneda mundial y poder imprimir 3 trillones de dólares, como hizo recientemente distribuyendo su costo a todo el planeta. O a través del sistema financiero mundial poder imponer sanciones económicas o influir determinantemente en organizaciones que “saquen del mundo” al rebelde, como ahora a Rusia excluyéndola del Swift, Sociedad para las Comunicaciones Interbancarias y Financieras Mundiales. No hace falta ser antinorteamericano para reconocer que en el inusual crédito del Fondo Monetario Internacional en 2018 a Argentina primó el interés del gobierno norteamericano de entonces.

Haber caído en rusofobia o chinofobia sanitaria frente a las vacunas Sputnik o Sinopharm es una demostración de esa ignorancia tilinga que no acepta el doble estándar como el natural peaje que le cobra al mundo el poder de la potencia dominante, sino que se lo cree como algo del orden de la razón. Hace cuarenta años, durante la Guerra de Malvinas, Estados Unidos justificó apartarse de la Doctrina Monroe de “América para los americanos” porque nuestro gobierno de entonces era una dictadura. Falta un año para que se cumplan cuarenta años de ininterrumpida democracia y sigue sin apoyar el reclamo de Argentina por Malvinas. 

Rechazo cualquier sistema de gobierno autocrático, no podría siendo periodista no defender los valores de la libertad de prensa, división de poderes y alternancia en los gobiernos. Pero la propia función del periodismo es contribuir a dar herramientas de juicio a la audiencia y no a embrutecerla con la simplificación de buenos y malos perfectos.