Es la ilusión de omnipotencia preferida del kirchnerismo creer que tienen el poder de controlar todo restringiendo, prohibiendo y maltratando. Una película que ya hemos visto y que tuvo su capítulo más populista en tiempos del ex secretario de Comercio, Guillermo Moreno. Tiempo perdido. Pero la Vicepresidenta en funciones echó a rodar la cinta y los fanáticos del libreto ideológico preparan las palmas para aplaudir, una vez más, el estrepitoso fracaso.
La autora intelectual de este, uno de los peores gobiernos de la democracia, ordenó públicamente aplicar un duro cepo a las importaciones, acto seguido y en la misma línea, el Gobierno decidió prohibir las compras en cuotas con tarjeta en el exterior en los servicios puerta a puerta. Recordemos que en noviembre pasado había terminado con la financiación para pasajes y servicios turísticos fuera de nuestra frontera.
“Van a seguir diciendo que no hay cepo y que las restricciones son un invento de la prensa o algún otro poder malvado pero ya nos hemos tropezado con esta piedra y sabemos que lo que sigue es más cepo y más ajuste. Por otra parte, entre la falta de planificación, de reacción y de criterio político, no les quedan muchas otras opciones. Van a dejar para lo último el dólar solidario para que la gente tenga la sensación de que puede comprar pero las medidas en ese sentido se van a profundizar”, aseguró un economista que conoce cómo piensan en el Gobierno.
“No me gustaría estar en el lugar de Miguel Pesce pero tampoco me gustaría estar dentro del Banco Central. Quedan pocos pilotos de tormenta y encima no los escuchan. En una entidad de ese calibre necesitas tipos que las hayan pasado todas. No veo que eso esté ocurriendo y no se le puede echar la culpa a la línea, cada uno está cuidando su laburo en el medio de un descalabro generalizado por la falta de conducción política”, aseguró un ex funcionario del BCRA.
“Creo que la fase moderada está agotada”, dijo el Cuervo Larroque para avivar la tensión en el Frente de Todos contra Todos. La división es lo que los mantiene vivos por estas horas. Horadar la imagen presidencial y agitar un operativo clamor para el regreso de “la jefa” es la nueva consigna de la estudiantina camporista. Sin embargo, hay otro movimiento que tiene lugar en el seno del peronismo.
El encuentro de “la liga” de gobernadores peronistas hace una semana en provincia de Chaco es otro síntoma de una penosa realidad. Buena parte de los caciques provinciales se prepara para acercarse al Cristinismo de la mano de Jorge Capitanich y Axel Kicillof coincidiendo en banderas impulsadas por CFK como el pedido de las provincias para “descentralizar las políticas sociales”. No sería raro que la Vicepresidenta elija reconstruir su poder desde allí.
El otro dato en la misma dirección es que los organizadores del acto por la conmemoración del fallecimiento del general Perón, se ocuparon de contar con la presencia de la mayor cantidad de intendentes del espacio. “Si alguien está pensando en una PASO debería entender que los deseos y la realidad no siempre van de la mano”, dijo una voz del Patria en clara alusión al Presidente.
Impacto. Todo fue en vano. Una noticia inesperada sacudió la arena política. El ministro de Economía Martín Guzmán pegó el portazo interrumpiendo el ida y vuelta de la melodramática novela que vive el Ejecutivo. No lo hizo en cualquier momento, desairó con la noticia a la propia CFK minutos después de que la Vice le respondiera a Alberto Fernández en pleno acto. Las palabras de la jefa, que volvió sobre la metáfora de la lapicera, quedaron inmediatamente en el olvido.
“Es lógico que se vaya, no le iba a dar el gusto a Cristina de señalarlo de por vida como el culpable de la debacle del gobierno, una debacle que, ante todo, es política”, replicaron cerca del Presidente.
A la hora de cerrar esta columna comenzaban las negociaciones febriles para ubicar al sucesor en Economía. La ofensiva de la ex presidenta en funciones no cesa. Ella tiene una noción clara del desastre en el que está sometido el gobierno del que forma parte. “No me hablen de Alberto Fernández. Es el peor error que he cometido en mi vida¨, se sinceró CFK ante uno de los interlocutores con el que habló hace unos días. Su enojo es creciente. Su preocupación abarca el presente y el futuro.
Un sábado aciago para el Presidente. Un primer mandatario con pocas opciones, poco poder y, por supuesto, sin tiempo. El operativo clamor en pos de la candidatura presidencial de CFK lanzado desde La Cámpora es algo que desde esta columna se viene mencionando hace semanas. Es, en verdad, la única alternativa con la que cuenta el kirchnerismo. Ningún otro dirigente del peronismo tiene la envergadura política para liderar ese espacio ameboide que es hoy el peronismo. Lo significativo de lo expresado por el ministro Larroque es la reivindicación de las posturas chavistas del kirchnerismo que lo llevaron al fracaso.
Los disparates que semana tras semana se le escuchan al Presidente superan con creces cualquier ficción. A ello contribuyen también los relatos de fantasía que intentan generar una épica que, en los hechos, son inexistentes. El abanico va desde decir que Alberto F ¨lo paró en seco¨ al primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, hasta que ¨Macron me pidió que los ayude con el petróleo¨. Lo de Boris Johnson fue desmentido por el gobierno británico y lo del pedido del presidente francés fue lisa y llanamente un imposible: ¿qué ayuda podría dar Fernández con el petróleo cuando aquí no hay gasoil para levantar la cosecha, realizar la siembra o transportar cualquier tipo de mercadería?
Argentina está otra vez arriba de un Titanic con rumbo directo al iceberg.