Davos trató a Mauricio Macri como a un protagonista estelar. La agenda del Presidente reflejó interés y buenas expectativas sobre su gestión. Habrá que ver cuánto de ello se traduce en hechos, que es lo que la Argentina necesita. Las primeras respuestas han sido halagüeñas. Se prometieron inversiones y se levantaron trabas importantes para la obtención de créditos multilaterales que provenían del gobierno de Estados Unidos. Sólo la sesgada visión del mundo que tiene el kirchnerismo puede explicar la incomprensible decisión de los Kirchner de ausentarse del Foro Económico Mundial, donde lo más importante no es lo que se dice en sus seminarios sino lo que conversan cara a cara los jefes de Estado. Lula, por ejemplo, supo dejar de lado barreras ideológicas y fue protagonista importante de esas reuniones, que le reportaron beneficios a Brasil que la corrupción luego devoró.
La economía está a la cabeza de la agenda política de estas horas. El índice de precios que dio a conocer la provincia de San Luis –6,5%– marca el norte del gran desafío que enfrenta la actual administración: el combate contra la inflación. El principal causante es el déficit fiscal. Enfrentarlo y reencontrar el equilibrio será una tarea ardua que exigirá determinación y muñeca política. Téngase en cuenta que aún no se ha iniciado el proceso de sinceramiento de las tarifas de electricidad, que implicará la quita de subsidios a quienes nunca debieron haberlos tenido para resguardar su vigencia para aquellos que verdaderamente los requieren. Las inversiones nacionales y extranjeras serán clave para generar puestos de trabajo. Nada de eso se concreta de la noche a la mañana. El tema del empleo público representa un problema causado por la gran cantidad de nombramientos innecesarios que concretó el gobierno anterior. Por eso la sorpresa de los nuevos ministros de la administración de Cambiemos aún no termina. Más allá de los cientos de empleados sin funciones y con sueldos altos, los nuevos funcionarios macristas se van topando a diario con sorprendentes hallazgos. Es lo que le pasó a un alto cargo de un importantísimo ministerio de implicancia social cuando empezó a hacerse cargo de las tareas relacionadas con la comunicación. “Nos encontramos con muchos empleados, pero afortunadamente la mayoría con la mejor predisposición a trabajar. Pero nos sorprendió encontrar una estructura armada capaz de filmar una película para cine”, reconoce esta fuente que prefiere no dar más detalles del ministerio para el que trabaja. “En una habitación encontramos algo más de una decena de equipos de filmación, con cámaras de última generación, trípodes, lentes y micrófonos”. Se ve que al anterior ministro le gustaba mucho la producción audiovisual, producciones de altísima calidad –y costo– que sólo se publicaban en la página web del ministerio. Por otra parte, en ese ministerio les gustaba viajar mucho. “Por ejemplo, tenemos registros de viajes al Impenetrable para grabar un documental. Pero trasladaban un equipo de casi quince personas, con un viaje previo de preproducción, etc. Viajaban mucho, y la mayoría de los viajes eran para grabar documentales”, completa el asesor gubernamental. El punto llamativo es que ese ministerio nada tiene que ver con la producción audiovisual.
Peronismo. La reunión que mantuvieron ayer en la provincia de San Juan los gobernadores peronistas para reclamarle a Macri una distribución más equitativa de los fondos federales es producto de la complicada situación económica que se vive en cada uno de esos distritos en los que la decisión del Presidente de asignar por decreto mayores fondos a la Ciudad de Buenos Aires cayó mal. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, reafirmó en un reportaje por Radio Continental la voluntad federalista del gobierno. Las palabras están; faltan los hechos.
Hubo en la semana una reunión que pasó inadvertida. Sus protagonistas fueron el titular de la Auditoría General de Nación (AGN), Ricardo Echegaray; el jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria (FpV), Miguel Angel Pichetto; el gobernador de Entre Ríos, Gustavo Bordet, y el presidente la Cámara de Diputados de esa provincia, Sergio Urribarri. Según daba cuenta la información, el encuentro estuvo destinado a analizar “el rol de control externo de la Auditoría sobre el sector público nacional y la posibilidad de asistir con buenas prácticas de gestión a los gobiernos provinciales y dar sustento técnico al Poder Legislativo sobre el desempeño y situación general de la administración pública” (sic). A estar por el comunicado, resulta curiosa esta postura del FpV que, cuando fue oficialismo, no hizo más que descalificar gran parte del trabajo y de los informes de la AGN que disgustaban a Cristina Fernández de Kirchner. La verdad es que el objetivo de la reunión fue otro: intercambiar ideas sobre qué pasos dar a futuro dentro del justicialismo en pos de coincidir en un accionar de oposición racional alejada de las posturas extremas que plantea el kirchnerismo, cuya soledad se va haciendo evidente día tras día.
La reorganización del peronismo habrá de ser un proceso complejo. Macri, en forma astuta, hizo salir a la superficie esa complejidad cuando propuso a Sergio Massa para liderarlo. Su presencia en la comitiva presidencial que viajó a Davos y el protagonismo que tuvo en algunas de las reuniones clave que mantuvo el jefe de Estado hablan de la importancia que el oficialismo le asigna a su rol de opositor. Que, a su vez, Massa haya postulado a José Manuel de la Sota para presidir el PJ habla de su voluntad de no permanecer ajeno a la lucha interna por el poder que se avecina dentro del partido donde las voces críticas a CFK se van haciendo escuchar poco a poco.
Finalmente una reflexión sobre el caso Milagro Sala: su encarcelamiento es cuestionable. El Estado paralelo que lideraba a la manera de un feudo, en cambio, es insostenible.
Producción periodística: Guido Baistrocchi.