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Denuncias con cara de mujer

Tras ocho años de una centralidad femenina nunca antes vista en la política argentina (que incluyó no pocos análisis y reacciones misóginas), ahora parece ser el tiempo de que también sean mujeres las que marquen el ritmo denunciativo.

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Elisa Carrió y Margarita Stolbizer, las denunciadoras. | CEDOC.
Tras ocho años de una centralidad femenina nunca antes vista en la política argentina (que incluyó no pocos análisis y reacciones misóginas), ahora parece ser el tiempo de que también sean mujeres las que marquen el ritmo denunciativo.

El cambio de ciclo, con los reacomodamientos que sobrevinieron, más el desplazamiento peronista hacia su estado de ebullición posderrota, recargó la atención sobre estas voces agudas. Sin olvidar, claro, que la proximidad de comicios legislativos también potencia ese tono discursivo: no se trata de tentar al electorado con propuestas de gestión, puede alcanzar con mostrarse sólo como heroínas honestas e implacables.

Obviamente, Elisa Carrió tiene un máster en semejante carrera. Con una historia que combina aciertos y persistencias loables con patinadas monumentales, la actual diputada volvió a girar sobre sí misma para sumar a sus dardos anti K la fiscalización moral de la Justicia y de la gestión de Cambiemos, el espacio al que pertenece.

Con la mirada en su propósito de competir por una senaduría nacional en representación de la provincia de Buenos Aires por el actual oficialismo, Carrió corre el viejo riesgo del que mucho abarca poco aprieta. Dar tantas batallas al mismo tiempo (kirchnerismo, massismo, AFI, Aduana, la Bonaerense, Lorenzetti, Comodoro Py y siguen las firmas) no sólo repercute en su salud física.

Con una lógica parecida pero mucho más acotada brilla por estos tiempos la luz de Margarita Stolbizer. El epicentro de su accionar es unidireccional: Cristina Fernández de Kirchner. Ante cada complicación judicial de la ex presidenta, Stolbizer se cuelga una medalla. Atrás parecen haber quedado ciertas coincidencias programáticas con el kirchnerismo, como el apoyo a la Ley de Medios o el bloqueo de fábricas.

Con catastróficos resultados en las elecciones del año pasado, Stolbizer se transformó ahora en una joya preciada para 2017. Vidal y Massa se la disputan, mientras ella aprovecha su hora estelar y coquetea con todas y todos. Que aproveche: ciertos fenómenos políticos a veces son impiadosamente efímeros para la sociedad argentina.

Curiosamente, o no tanto, Carrió y Stolbizer opacan el papel que deberían cumplir otras mujeres que por su rol institucional sí se emparentan con la transparencia, como los casos de Laura Alonso (jefa de la Oficina Anticorrupción) y Silvia Majdalani (número dos de Inteligencia). Ya volveremos sobre ellas.