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Elecciones 2019

Dos pancitos

En todas las compras por peso desconfiamos del pesador y la balanza. Disimulamos, pero en cuanto ponen la mercadería en la báscula, controlamos de reojo el gramaje.

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En todas las compras por peso desconfiamos del pesador y la balanza. Disimulamos, pero en cuanto ponen la mercadería en la báscula, controlamos de reojo el gramaje.

Si pedimos un kilo de helado no estamos dispuestos a que nos den 995 gramos.

Lo concreto es que en este 2019 el kilo que conocemos dejará de pesar un kilo, así lo dispuso la Conferencia Internacional de Pesos y Medidas.

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El kilogramo que frecuentamos pesará un poco menos ¿Facilitará esto la dieta que venimos haciendo? ¿Nos perjudicará en las compras de la carnicería? No, se trata de precisión científica para favorecer a la tecnología, la variación estimada es de 0,00000001.

Imaginemos que la facultad de modificar el kilo estuviera en manos de las autoridades de los diferentes Poderes Ejecutivos de nuestro país. Cada intendente, gobernador o Presidente estaría dictando normas de necesidad y urgencia, o alterando por consulta popular el peso del kilo de acuerdo a la conveniencia particular. Algo de esto está ocurriendo con las elecciones de este 2019. Los gobernantes de turno debaten si unificar o desdoblar en sus distritos las elecciones con respecto a las nacionales. Lo que es una clara confesión de que no confían en sus posibles y respectivos candidatos a presidente.

Desde la peligrosa enmienda constitucional que se propone en La Rioja que puede abrir una incierta puerta a improvisadas modificaciones de cualquier Constitución a voluntad, pasando por amparos que destrozan normas vigentes.

Provincias que un día se rigen por Ley de Lemas y al otro cambian todo su régimen electoral y viceversa.

Al momento ya hay 12 provincias que desdoblan sus comicios con el agravante de que la mayoría no tiene legislación que regule el financiamiento de las campañas ni de la propaganda electoral.

Los oficialismos buscan sacar provecho de estos vacíos legales y quedan facultados o, al menos, pueden disimular el uso de la publicidad oficial para sus propias campañas.

En consecuencia, es probable que todos los meses haya un argentino votando. Hemos pasado de lo que parecía inalcanzable hasta la llegada de Alfonsín de poder ejercer el voto, hasta esta bolsa de papel picado de boletas electorales.

Pero votar tantas veces no nos está haciendo más democráticos, la erosión de la Constitución Nacional y/o las Provinciales, los candidatos que, desoyendo la crisis inmobiliaria, se mudan de distrito sin trabas, las candidaturas testimoniales, las listas sábana, los aportantes truchos, saquean a la democracia y allanan la llegada de populismos por derecha e izquierda o por arriba y por abajo.

La fragmentación de los partidos políticos en donde los múltiples peronismos no saben qué hacer con su pasado de 30 años en el que todos ellos asoman como dirigentes cómplices, mientras que Cambiemos lo que no sabe es qué hacer con el presente que ofrece una recesión larga, casi medieval.

La clave pasará por reconstruir partidos que aporten ideas y soluciones, más allá de elaborar solo estrategias electorales como desdoblar elecciones, contratar asesores extranjeros (falta Guardiola), los intolerantes mostrarse comprensivos acercándose a los que echaron antes, los que esconden con Photoshop a los que los abandonaron por sus incongruencias, los que no saben cómo hacer para ocultar las promesas incumplidas, los que hacen campaña en auto tratando de que no los confundan con Uber.

Si la calidad democrática o institucional fuera el kilo, ya le hemos sacado varios gramos.

Seamos ciudadanos alertas y prevenidos porque del famoso “kilo y dos pancitos” de Balá no nos están dejando ni las migas...

*Secretario general de la Asociación del Personal de los Organismos de Control (APOC) y secretario general de la Organización de Trabajadores Radicales (OTR Capital)).