COLUMNISTAS

Ecos de una encuesta: evidencias y conjeturas

Hace 15 días, un sondeo publicado por PERFIL sacudió el ámbito político. Nuevas reflexiones sobre sus resultados.

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Las encuestas de opinión son conjeturas razonables basadas en evidencias. Su función es agregar objetividad al conocimiento sobre lo que piensa y siente la gente. Las encuestas se traducen en cifras que pretenden expresar las voces ciudadanas. Pero aunque existen métodos para realizar encuestas no existen reglas precisas para interpretar sus resultados. Sólo es una cuestión de parsimonia y sentido común. Y de no confundir los razonables límites entre descripción, interpretación y especulación conjetural.

Dos domingos atrás, PERFIL publicó nuestro sondeo de intención de voto presidencial donde se relevaron cuatro escenarios electorales. Las grillas incluyeron a un candidato oficialista (Daniel Scioli, Florencio Randazzo, Jorge Capitanich o Sergio Urribarri) que competía con Sergio Massa, Mauricio Macri, Hermes Binner, Julio Cobos y Jorge Altamira. En cada escenario se variaba el candidato oficialista.

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En cuanto a los resultados, el orden fue invariablemente el mismo: primero, Sergio Massa; segundo, el candidato oficialista; tercero, Mauricio Macri; cuarto, Julio Cobos; quinto, Hermes Binner y sexto, Jorge Altamira.

El nivel de desempeño de los candidatos oficialistas resultó más o menos parejo; se observaron diferencias comprendidas entre 8 y 14 puntos respecto de Sergio Massa: Daniel Scioli obtuvo 21,3% (vs. 29,3% de Massa); Florencio Randazzo, 21,3% (vs. 29,9% de Massa); Jorge Capitanich 19,3% (vs. 31,3%) y Sergio Urribarri, 17,3% (vs. 31,4%)

Se indagó también la afinidad con el kirchnerismo, lo que permitió identificar tres segmentos ciudadanos: kirchneristas (20,7%), antikirchneristas (34,8%) e independientes (41,9%). Al cruzar la intención de voto contra esta variable se observó que, en todos los escenarios, el voto oficialista quedaba circunscripto al segmento que se define como kirchnerista. Tal circunstancia podría quizás explicar por qué la performance de los candidatos oficialistas resultaba pareja: para quien se define cómo kirchnerista cada uno de los cuatro políticos indagados resulta casi igualmente votable.

Luego de publicado el trabajo recibimos una insólita cantidad de consultas. Llamó la atención la recurrencia de una misma pregunta acompañada por ostensible sorpresa y, a veces, por un trasfondo de cuestionamiento escéptico: “¿Los resultados significan entonces que en una primaria oficialista Daniel Scioli y Florencio Randazzo estarían empatados?”. La respuesta es contundentemente negativa y la explicación sencilla: lo que se evaluó fueron los desempeños relativos de cuatro candidatos, cada uno en un escenario particular; los resultados indican que si el candidato fuera Daniel Scioli, el caudal de votos oficialista sería muy similar al que obtendría Florencio Randazzo; pero especular sobre lo que sucedería en una primaria queda fuera del alcance del estudio, dado que –simplemente– tal escenario no fue evaluado.

Más allá de lo anecdótico, cabe una reflexión. Las conclusiones de cualquier encuesta pueden definirse como una transacción entre la austeridad de los números y un factor interpretativo de carácter variable. Así, reportar un porcentaje es una mera descripción; calificarlo como mayoritario supone una valoración, mientras que bosquejar una explicación que trascienda los datos implica adentrase en un espacio conjetural. Pero concluir lo que los datos no dicen pensando que sí lo hacen es –sencillamente– un error del que conviene prevenirse.

*Director de González Valladares Consultores.