Más de 100 mil personas murieron en la Argentina en las últimas dos décadas por accidentes de
tránsito. La mayoría de ellas eran jóvenes y algunas habían tomado alcohol. Para los argentinos, el
problema tiene una explicación: escaso control de los padres. Pero también, una solución: sanciones
más duras.
Una encuesta reciente encargada por la Agencia Nacional de Seguridad Vial (ANSV) y revelada
en exclusiva a PERFIL asegura que más de la mitad de los argentinos atribuye a “negligencia
ciudadana” la muerte de miles de jóvenes todos los años en las rutas, en especial porque
“son más propensos al consumo de drogas y alcohol” y porque “no tienen límites de
sus padres”.
La encuesta fue realizada en diciembre pasado sobre 1.900 casos en todo el territorio
nacional, y da cuenta de que la sociedad está dispuesta a que apliquen multas severas a quienes
conduzcan luego de consumir alcohol. Un tercio de las personas recomienda “inhabilitar”
al conductor que maneje alcoholizado y cerca de otro tercio exige que sea directamente
“arrestado” (ver infografía).
Los datos forman parte de una investigación del Observatorio de la ANSV, el ente autárquico
que funciona desde octubre de 2008 en la órbita del Ministerio del Interior, creado por ley en
abril de ese año para intentar disminuir la principal causa de muerte de los argentinos menores de
34 años. La encuesta, telefónica, se realizó el 6 y 7 de diciembre pasado.
El titular del observatorio, Marcelo Aiello, explicó a PERFIL que las percepciones de la
sociedad son en gran parte ciertas, ya que “el problema del alcohol atañe en especial a los
jóvenes, y si bien no son el origen del problema ni mucho menos, sabemos que tenemos que trabajar
en esa franja etaria porque tiene más propensión a exceder los límites”.
Datos oficiales de la ANSV dan cuenta de que las personas de entre 15 y 34 años
–considerado segmento joven según los estándares internacionales– son las más afectadas
por los accidentes de tránsito y a la vez, las que más son sancionadas por manejar con más alcohol
en sangre que lo permitido. Del total de muertos en el país en 2008, en efecto, un 45 por ciento
tenía esa edad.
Voceros de la agencia afirmaron además a este diario que el segmento joven se llevó casi 56
por ciento de los 2.524 controles positivos constatados entre enero y octubre de 2009. Agregaron
que “por día mueren dos jóvenes en siniestros en donde el alcohol estuvo involucrado”,
según el cruce de datos realizados sobre los accidentes de 2008. De las 7.552 víctimas mortales de
ese año, un 44,2 por ciento tenía entre 15 y 34 años. Se estima que el alcohol está presente en
cerca de 30 por ciento de los siniestros en los que hay muertos.
“A los jóvenes hay que controlarlos, pero hay que entender que la educación que han
tenido en casa en temas viales no ha sido la mejor, y es que los padres no fueron educados con toda
la información que hoy tenemos”, explicó Aiello, de profesión ingeniero, quien recomendó que
“más que mano dura, lo que tenemos que lograr es que las penas y sanciones se cumplan
efectivamente”.
Esta vez, las estadísticas oficiales parecen no mentir y es que también CESVI, el activo
centro de seguridad vial financiado por la industria aseguradora, sostiene que los jóvenes son los
que salen con mayores “lesiones graves” en los siniestros viales. El estudio, dado a
conocer esta semana, indica que “la mayor proporción de las lesiones graves las acumulan los
jóvenes y adolescentes, pero si nos referimos sólo a las lesiones graves en motocicletas, esta
cifra crece rotundamente, ya que se llevan casi la mitad de las heridas graves”.
Pese a estas cifras, el gerente general de CESVI, Fabián Pons, en diálogo con PERFIL, evitó
promover sanciones más fuertes contra los conductores, y recomendó “brindar educación vial en
todos los niveles educativos” y que “se continúen e incrementen” los controles de
tránsito; en particular el uso de cascos, cinturones de seguridad, velocidad, alcoholemia y
drogadicción.
Según explicó, los jóvenes son los que salen más lastimados de accidentes de tránsito porque
son los mayores usuarios de motos y bicicletas, porque suelen “no usar casco” y
“tienen ese sentido de omnipotencia que les hace pensar que ‘nada les va a
pasar’, por lo que toman mayores riesgos que los adultos”.
Por último, exhortó al estado a ser “mucho más riguroso y exigente” a la hora de
otorgar las licencias de conducir. Curiosamente, la encuesta encargada por el Observatorio de la
ANSV dice que sólo dos de cada diez personas consideran que “la falta de controles del
Estado” es la que provoca las muertes juveniles.
Así las cosas, los estudios científicos no hacen más que confirmar que alcohol, juventud y
vehículo son una combinación explosiva. Uno de ellos demostró que los conductores jóvenes e
inexpertos con tasas de alcoholemia superiores a 0,05 gramos por decilitro de sangre –el
máximo permitido en algunas provincias argentinas– tienen un riesgo 2,5 veces mayor de sufrir
accidentes que los conductores de más edad y con mayor experiencia.
Scoring nacional. Por su parte, el Gobierno avanza por estos días en promover la licencia
nacional unificada y un registro único de antecedentes viales, con el fin de equilibrar los
requisitos de obtención de licencias y evitar que conductores que hayan sido inhabilitados en un
distrito puedan sacar el permiso en otro, informaron a PERFIL fuentes oficiales.
Ambas iniciativas estaban previstas en los pliegos de la ley que creó en 2008 la Agencia
Nacional de Seguridad Vial (ANSV), hoy conducida por Felipe Rodríguez Laguens, y “son pasos
previos para la creación de un sistema de registros por puntaje que funcione en el ámbito
nacional”, tal como sucede con el scoring porteño, añadieron los informantes.
En enero, comenzaron a aplicarse sanciones en puntos en la Ciudad de Buenos Aires y en
Misiones, y próximamente se sumarán la provincia de Buenos Aires y otros distritos del
interior.