La elección oficialista en las PASO finalmente resultó buena, en el piso de lo previsto, y el escenario de triunfo en primera vuelta del binomio Scioli-Zannini está disponible en octubre. Dicho esto, cabe hacer algunas precisiones.
No se observó en la performance oficialista ningún voto “por fuera” del espacio tradicional del kirchnerismo e incluso hubo un déficit de representación del espacio tradicionalmente K que luego referiremos. Está claro que tras las elecciones PASO se desmoronó la hipótesis que suponía a Daniel Scioli poseedor de “un plus de votos” no kirchneristas, clivados sobre el electorado de segmentos medios independientes.
Nada de eso se observó. Los resultados en todos los distritos son típicos del espacio K e incluso bastante por debajo de los que en su momento obtuvieron Néstor o Cristina Kirchner.
Más aún, el caso de la CABA y Córdoba son emblemáticos respecto a nuestro argumento y muestran que la fórmula Scioli - Zannini obtuvo prácticamente el mismo nivel de votos, en un caso que la lista encabezada por Axel Kicillof, un nombre pleno en la representación de kirchnerismo “duro”, que sin embargo, no fue “desbordado” por el eventual electorado sciolista no K, no hubo corte de boleta significativo.
En el caso de La Docta, la elección de la fórmula Scioli - Zannini resultó en línea con la de Accastello - Buenaventura e incluso algo inferior a la de Scotto - Gill, la fórmula ultra K del año 2013. Hipótesis equivocada entonces, no hay tal voto sciolista por fuera del universo K y efectivamente en materia electoral en estas PASO, el candidato fue el proyecto. El exceso electoral sciolista en rigor fue parte del marketing con que la troupe del ex motonauta vendió su candidatura bajo la consigna ya mitológica “es el que más mide”. ¡Bien ahí!
Más allá de las múltiples causas que pueden observarse para discutir por qué la elección del FpV no pudo superar en las PASO el 40% de los votos, la central es el resultado en la provincia de Buenos Aires en general y en la sección tercera en particular, poblada de segmentos vulnerables, tradicional electorado oficialista.
Como se observa en el gráfico de apertura los resultados de CABA, Córdoba y la tercera sección electoral bonaerense, con 4,1 millones de electores la más poblada de Bs.As., y donde se concentran los sectores vulnerables de la geografía bonaerense, los 46 puntos de votos obtenidos por la fórmula Scioli - Zannini se ubican por debajo de los obtenidos en elecciones ejecutivas por el kirchnerismo en los años 2007 y 2011, y unos 7 puntos debajo de las expectativas respecto a lo obtenido en elecciones anteriores, ejecutivas y PASO cuando las hubieron, como se observa en este cuadro que sigue.
Los motivos de la pérdida de votos de segmentos vulnerables son variados, probablemente la inundación haya impactado en el margen, junto con la insatisfacción con las condiciones de la vida cotidiana, falencias de infraestructura en las barriadas populares, condiciones socioeconómicas insatisfactorias, etc.
Pero no es posible para el FpV superar el 40% o alcanzar el 45% para resolver la elección en primera ronda sin mejorar y de manera sustancial la performance bonaerense observada en las PASO en particular la de la tercera sección electoral. En este sentido Daniel Scioli deberá atravesar su zona de confort consistente en ir a la captura del electorado de segmentos medios independiente, para interpelar también a los segmentos vulnerables del distrito que gobierna y que le dieron la espalda en las PASO respaldando tanto a Cambiemos como a UNA.
Con respecto a la performance de Cambiemos, a contrario sensu del FpV obtuvo buenos resultados en distritos que en teoría resultarían problemáticos, como la provincia de Buenos Aires, donde Mauricio Macri y María Eugenia Vidal lograron una elección de 29% promedio, muy meritoria. Menos interesantes fueron los resultados en distritos a priori favorables como CABA, Córdoba y Santa Fe donde la fuerza de derecha conservadora obtuvo menos votos de los esperados, promediando un 38% interdistrital, bastante poco para las expectativas previas.
Un rápido comentario para la performance de UNA. Los 20,6 puntos de la coalición mostraron la fortaleza de De la Sota en Córdoba de donde proviene el 45% de sus votos nacionales y la persistencia de Sergio Massa en Buenos Aires, recuperando caudal electoral perdido, resistiendo la fuga de dirigentes oportunistas, la mayoría sancionados por los electores y sobre todo superando la gran operación de medios encaminada a polarizar entre el FpV y Cambiemos y sin otro fundamento empírico que encuestas truchas que insistían en que el tigrense tenía menos volumen electoral del que efectivamente tuvo.
Por último, La Cámpora, dejó la adolescencia política en la provincia de Buenos Aires. Ganó en seis municipios las primarias abiertas del FpV (Moreno, Lanús, Mercedes, San Vicente, Chascomús y San Fernando) y en otros dos salió segundo (La Plata y San Martín). Además ubicó los primeros concejales en Pilar, Almirante Brown, José C. Paz, Hurlingham, Tigre, Presidente Perón, San Isidro, Escobar y San Andrés de Giles. Adicionalmente Máximo Kirchner resultó el candidato a diputado más votado en Santa Cruz, con 65.841 votos, el 44,5% del total de electores hábiles.
¡Qué suerte! ¿Acaso no son buenas noticias que nos muestran la deseada renovación generacional de la vieja política, estimados lectores de PERFIL?
*Director de Consultora Equis.