Lejos de convertirse en un ejercicio de adivinación, es factible anticipar cómo querrán leer las principales fuerzas en pugna en la Ciudad de Buenos Aires los resultados electorales de este domingo. Los de mayor impacto nacional que se recuerde tratándose de un comicio legislativo local, como se ha repetido hasta el hartazgo.
Dejemos de lado los planteos obvios de cualquier texto en un día de votación y pasemos a los escenarios posibles:
Si gana Santoro. Es la hipótesis principal de la mayoría de las encuestas. De confirmarse, catapultaría a Leandro Santoro a la candidatura a la Jefatura de Gobierno 2027 y ubicaría al peronismo como primera minoría en la Legislatura. Eso obligará a Jorge Macri a acentuar las negociaciones para conseguir respaldos legislativos en sus iniciativas.
Un triunfo avalaría al dirigente Juan Manuel Olmos y su estrategia “desperonizadora” para CABA. Además de impulsar a un exalfonsinista como cabeza de lista, se borraron de la campaña las figuras icónicas de
Perón y Evita, cero mención y/o participación de Cristina Kirchner y Axel Kicillof y hasta cambió el tradicional color celeste de la identidad visual partidaria por un novedoso verde. Bien porteño, complicado de reproducir a nivel nacional, aunque con inocultables inspiraciones del exitoso peronismo cordobesista.
Este lavado de cara incluye al propio Olmos, el cerebro detrás de la candidatura de Santoro. Fue el histórico operador de Alberto Fernández en el PJ capitalino (desde donde acordó gobernabilidad con el PRO a cambio de cargos, sobre todo en la Justicia) y en su presidencia. Cuando empezó a taparlos el agua, Olmos saltó del albertismo hacia CFK y Sergio Massa, lo que facilitó que actualmente encabece la Auditoría General de la Nación.
Una victoria de Santoro sería utilizada por LLA y PRO para agitar las aguas de que el kirchnerismo está más vivo que nunca, lo que contradice a lo que expresaron las urnas hasta ahora en cinco provincias (Santa Fe, Chaco, Jujuy, Salta y San Luis). La percepción, por encima de los datos. Todo suma en esa batalla para ver quién lidera el combate al fantasma K.
Si gana Adorni. Hay algunos sondeos que admiten esta posibilidad. Significaría un enorme espaldarazo para Javier Milei, quien se puso al frente de la campaña de su vocero-candidato Manuel Adorni. También para la hermanísima Karina, factótum de la decisión de desafiar al macrismo en su corazón político, pese a las coincidencias en el Congreso.
Que Adorni gane la elección sumiría al PRO en una crisis peor de la que ya vive
Este escenario acentuaría las tendencias libertarias en su contradictoria relación con el PRO. Está tan claro que confirmaría su búsqueda de alzarse con la gestión de la Ciudad en 2027 como la de liderar la alianza en ciernes con el macrismo (o lo que quedaría de él) en las elecciones bonaerenses de septiembre.
Resulta más difuso entrever qué línea de acción aplicará el mileísmo en el comicio nacional de octubre. ¿Modo Ciudad (separados y peleados) o modo Provincia (juntos)? El dilema libertario se remarca con un resaltador: CABA encima elegirá a sus tres representantes en el Senado.
Que Adorni venza en esta elección porteña sumiría al PRO en una crisis peor de la que ya vive. Hacia atrás, seguramente habrá pases de factura por adelantar el comicio, esquivar el sostenimiento local de Juntos por el Cambio y seleccionar a Silvia Lospennato, diputada por la provincia de Buenos Aires, al frente de la lista porteña (luego de que varios se negaran).
Hacia adelante, podría afectar la gestión de Jorge Macri en su segundo bienio. Sería además un golpe durísimo al particular liderazgo partidario que ejerce Mauricio Macri. ¿Se sentirá obligado a ser candidato en octubre, a lo cual decía sentir rechazo?
Otro de los efectos es que se multiplicaría la cantidad de dirigentes amarillos tentados a sumarse a LLA, siguiendo la estela de la ministra Patricia Bullrich, aunque sin necesidad de afiliarse (curioso que al exgobernador Daniel Scioli no lo presionaran con firmar la ficha). Los más estimulados son quienes terminan su mandato legislativo este año, tras el resonante triunfo en 2021.
El PRO, delante de LLA. Apenas dos estudios de opinión pública avalan la posibilidad de que gane Santoro, quede segunda Lospennato y tercero Adorni. Ninguno prevé un PRO en la primera posición.
Constituiría el resultado “está mal, pero no tan mal” para la fuerza que gobierna CABA desde hace 18 años, ya que se alzaría con el duelo mano a mano que se han prodigado con LLA.
Con JxC disgregado, Bullrich vestida de férrea opositora desde el oficialismo nacional y la candidatura apartada del principal referente que tenía el espacio en el distrito (Horacio Rodríguez Larreta), casi que se lo podría interpretar como un empate con sabor a milagro.
Si sucediera, les otorgaría a los Macri una mayor espalda a la hora de las conversaciones sobre lo que viene en el calendario electoral, primero en el territorio bonaerense y luego en el nacional.
El devenir de este vínculo tenso entre violetas y amarillos incluye las votaciones, pero las puede exceder: se proyecta un 2026 más que agitado en el Congreso, con el inconfundible aroma de largada de la carrera presidencial del año siguiente.
Por todo esto es que para la política hay tanto en juego hoy.