El cierre del mes no dejó buenas noticias desde el principal socio comercial, Brasil. El real consolidó su devaluación, que en el mes llegó al 10% mientras que en los últimos 12 meses acumula el 50%.
También desde el frente fiscal el gobierno de Dilma Rousseff dio cuentas del mayor deterioro de sus cuentas públicas en 14 años, lo que borró las ilusiones de que Brasilia pueda dar marcha atrás con la política de ajuste del gasto que resintió su actividad. Los operadores del mercado consultados semanalmente por el Banco Central estiman que la caída del PBI brasileño será de 1,76% este año. La Cepal difundió esta semana la estimación de que la economía brasileña caería 1,5% en 2015.
El real brasileño cayó más del 1% este viernes y trepó a 3,42 por dólar por primera vez en más de 12 años, en un contexto de crisis política por casos de corrupción asociados al Gobierno y las principales empresas como Petrobras y Odebretch, además de la caída de la actividad y aumento de la inflación, proyectada en el entorno del 9% para este año contra el 4,5% en el que habían fijado la meta inflacionaria para 2015.
El real perdió 1,6%, a 3,4247 unidades por dólar la venta, el menor nivel de cierre desde el 20 de marzo de 2003. En la semana, la moneda brasileña acumuló una baja de 2,3%, mientras que en julio se depreció 10,2%. El jueves, por su parte, el Banco Central brasileño decidió subir la tasa de interés de referencia a 14%, lo que recibió críticas desde los sectores productivos porque puede contribuir a mantener el enfriamiento de la economía.
Por el lado fiscal, el gobierno bajó el objetivo de superávit presupuestario primario de 2015 al 0,15% del PBI, desde su meta original del 1,1%.
Según los datos que se conocieron ayer, en junio el resultado del sector público consolidado a 12 meses muestra un déficit primario de 45.692 millones de reales (US$ 13.848 millones), en comparación con los 38.469 millones (US$ 11.660 millones) de mayo, equivalentes a un más moderado 0,68% del PBI.
