A veinte años de haber sido creada, durante la presidencia de Carlos Menem, la Secretaría de Programación para la Prevención de la Drogadicción y la Lucha contra el Narcotráfico (Sedronar) parece tener perdida la batalla contra las adicciones y el narcotráfico.
Mientras crece la oferta y la demanda de drogas, la dependencia que encabeza José Ramón Granero, odontólogo y amigo íntimo de Néstor Kirchner, tiene graves problemas con la administración de los recursos, la asistencia a drogadependientes y los controles sobre los precursores químicos.
Por si fuera poco, Granero está en la mira de la Justicia y tres de sus funcionarios podrían ser procesados por el hallazgo de unos 7 kilos de cocaína en un auto oficial.
Según informes de dos organismos públicos, la Auditoría General de la Nación (AGN) y de la Sindicatura General de la Nación (SIGEN), el caos en la Sedronar pasa por varios lados: estrategias antidrogas caducas, omisión de “controles básicos” con la plata, duplicación de funciones, bases de datos imprecisas, desvíos en el área de becas, rendiciones confusas en los subsidios, falta de campañas de prevención en zonas críticas, nulo control de los tratamientos para adictos en las granjas y centros privados.
Por un lado, la Auditoría General de la Nación publicó en mayo pasado los resultados de la medición del grado de alcance de los objetivos del Plan Antidrogas 2005-2007. Y por el otro, la SIGEN elaboró un Informe de Evaluación de Sistema de Control Interno de la Sedronar.
Y los expertos y las personas que combante ese flagelo coinciden en las deficiencias destacadas por esos organismos.
“No hay una decisión política en la lucha contra el narcotráfico”, opina Marta Gómez, la presidenta de Madres contra el Paco. Todos los días, ella batalla con chicos de 6, 7, 8 años –o más– intoxicados con el paco, esa droga que ha crecido 200% en consumo en los últimos años, de acuerdo con las estadísticas de la Sedronar.
“Deberían ir por la cabeza de los distribuidores y los grandes jefes narcotraficantes y no judicializar a los chicos”, agrega la madre.
A José Rashaid, director de la comunidad terapéutica Casa del Sur, no le “parece realmente que haya una política contra la droga porque no tienen que ver sólo con lo promocional sino con una inserción del Gobierno en problemas sociales”. El atiende cerca de 500 chicos en todo el país y a unos veinte los subsidia la Sedronar.
En este sentido, el informe de la Auditoría General de la Nación habla de una “ausencia de planificación estratégica institucional y de planificación estratégica en prevención, atención de adictos y lucha contra el narco” (página 56 del documento). Precisamente, uno de los principales objetivos de Sedronar es armar un Plan Federal de Prevención y Control del Tráfico Ilícito de Drogas, el pasado fue de 2005 a 2007. Pero, durante dos años no ha presentado uno nuevo.
En este tiempo pasaron muchas cosas, entre ellas se quintuplicó la importación de los precursores químicos, efedrina y pseudoefedrina desde China e India.
Ya en 2004 la Sindicatura General de la Nación había encontrado que el Registro Nacional de Precursores Químicos (Renpre) “no contaba con una rutina de control sobre los movimientos de las sustancias químicas”.
Y nuevamente, en la primera página de su último informe “detecta que un alto porcentaje de empresas infringen la obligatoriedad de inscribirse al Registro”. Hay algo positivo: la SIGEN aclara que “se ha reformulado el esquema de base de datos de manera positiva”.
PERFIL solicitó una entrevista con Granero sobre los resultados de las auditorías, pero no accedió porque “viaja a Santa Cruz”, su tierra natal, donde conoció al matrimonio Kirchner. A cambio, PERFIL recibió una respuesta por escrito que entregó el área de prensa. Sobre la falta de controles en el Renpre, la Sedronar dice: “Se ha procedido a relevar pormenorizadamente cada una de las necesidades del Registro y sistematizar la información de toda persona física o jurídica “.
Por su parte, la Auditoría General de la Nación detalla que una empleada, un policía y dos abogados fiscalizan y controlan todas las sustancias y que las visitas para inspeccionar las empresas de las provincias son poquísimas, “incumpliendo con el Plan Federal de Inspecciones”.
En los dos años sin nuevo Plan también se encontró la cocina de metanfetaminas en Ingeniero Maschwitz; sucedió el triple crimen de los farmacéuticos, y asesinos motorizados ejecutaron a tres colombianos que estarían conectados con la organización ilegal de paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia.
Subsidios. En cuestiones de plata, un área susceptible es la del otorgamiento de subsidios individuales. En su última revisión, la Sindicatura General de la Nación lista una serie de anomalías. Entre las principales: un “convenio con la Policía Federal Argentina que no tiene cláusula que obligue dar cuentas de las sumas recibidas”; “numerosos casos de facturas sin la conformidad del paciente, sin aclaración de su firma, sin número de legajo”.
Y hay más: “legajos de los beneficiados donde falta iniciación del tratamiento o su continuación; aprobación de reingreso; institución respectiva; importe; el término del subsidio acordado”.
La SIGEN advierte que continúan sin alcanzarse “parámetros razonables de supervisión en las entidades que prestan servicios de asistencia”.
Un fiscal de la Nación relacionado con los casos, que pidió el anonimato, le contó a PERFIL que “la calidad y la cantidad de los tratamientos jamás ha sido controlada” y que hay “historias clínicas falsificadas”. Y añadió que “de los lugares de tratamiento tampoco hay balances y no se requiere título ni habilitación de salud en estos centros”. Habló de causas judiciales por castigos (como cavar pozos) en algunos de esos centros de atención.
La SIGEN documentó, por su lado, el “otorgamiento de subsidios y aprobación de rendiciones de instituciones que no cumplen con el objetivo”.
Tratamiento. ¿Cuáles son las demandas y los tratamientos de rehabilitación en Argentina? “No se cuenta con la totalidad de los datos a nivel país sobre demandas de tratamiento, programas de tratamientos disponibles, tratamientos realizados y lista de espera”, se lee en la página 41 del expediente de la AGN.
“Faltan técnicos, enfermeras y médicos capacitados”, manifiesta un ex funcionario que tuvo un alto cargo en la Secretaría antidrogas. Primero, pide que no se mencione su nombre, y luego suelta: “La capacitación es insuficiente, no hay política nacional para que los hospitales públicos atiendan a los adictos, las camas son insuficientes. Lo peor es que las provincias están descuidadas, no hay trabajo en el interior”.
Las Madres contra el Paco le han pedido a la presidenta Cristina Kirchner más centros de atención para atender a chicos que llegan intoxicados con el paco. “Esa droga elaborada con la resaca de la resaca de la cocaína, vidrio molido, kerosén...”, describe Marta Gómez, la representante de esa organización.
“Por lo menos queremos que los médicos que están en adicciones se puedan preparar, y que haya tres o cuatro camas en cada hospital para que pueda ser atendido y desintoxicado el chico”, suplica.
Actualmente, hay 3.170 camas de rehabilitación, según Sedronar. “Son insuficientes”, comenta José Rashaid. El director de Casa del Sur saca cuentas: de los casi 40 millones de argentinos unos 80.000 padecen adicción complicada. “Tenemos lista de espera, una persona no puede estar un mes o dos meses aguardando.”
La Sedronar sólo asiste a 612 pacientes con adicción de cualquier tipo y desde 2006 a mayo de 2009 otorgó 2.747 subsidios individuales: en tres años finalizaron el tratamiento 704 personas, algunos lo continúan.
Hablemos de campañas. “¿Usted ve campañas? ¡Porque yo no!”, suelta Marta Gómez, de las Madres contra el Paco. “Y la vez que hubo campañas fue: ‘Dejá de consumir y volvé con tu novia’, realmente obviedades”. Gómez dice que los chicos se ríen de esas publicidades, y recomienda: “¿Por qué no les consultan a ellos?”.
La Auditoría General de la Nación advierte que la Sedronar “no ha diseñado programas preventivos para niños y niñas en situación de calle, adolescentes no escolarizados, chicos de las villas, de las zonas fronterizas o de la población aborigen”. De los $ 33.725.000 del presupuesto, sólo el 8,5% está destinado a prevención.
La Auditoría recomienda incrementar las campañas preventivas en los medios.
“Hablemos”, se llama la campaña actual. La idea es desmitificar el tema de las adicciones y dejar de asociarlas al delito, al pecado y a los vicios, dice Alejandro Gregori, director nacional de Asistencia de la Sedronar.
En dos décadas, quizá la propaganda más recordada es “Sol sin Drogas”. La lanzó a fines de los 90 el menemista Alberto Lestelle, primer timón de la Sedronar. Lestelle dejó el cargo tras el escándalo que desató con el “nariguetazo” de los diputados y después fue procesado por irregularidades con los subsidios otorgados. “Sol sin Drogas” continuó con Gustavo Green. Ahí se los vio a Diego Maradona y a Carlos Menem pidiendo pena de muerte para los narcotraficantes. Como su antecesor, Green también fue procesado por desviar ilegalmente 4 millones de dólares de la campaña a centros de rehabilitación ficticios.
Ahora la Sedronar conserva la costumbre playera; no el eslogan. El verano pasado realizó actividades de distribución de folletería y orientación en las zonas turísticas.
Bajo el Decreto 1172/03 de Acceso a la Información, la Secretaría informó a PERFIL que en Mar del Plata participó en la ExpoEducativa y en otra expo de Capital, organizada por la Sociedad Rural. Dieron folletos en la Copa Davis y apoyaron el lanzamiento de una campaña de Acción Católica Argentina.
Una provincia privilegiada es Santa Cruz: acudieron a la Feria Provincial del Libro y a Expo San Julián. La Sedronar registra que 425.780 personas se han beneficiado de sus acciones preventivas, entre ellos profesores y estudiantes. Sin embargo, siguen desatendiendo las zonas más críticas. El número de asistencia gratuita (0-800-222-1133) en los últimos tres años recibió 126.574 consultas: 41% con bromas, cortes, silencios.
Mientras la sociedad exige políticas coordinadas, la relación entre la Sedronar, el Ministerio de Justicia y las fuerzas de seguridad está quebrada. En paralelo, cada uno tiene su propio Comité Científico Asesor de Drogas. Cada uno encargó una encuesta diferente a nivel nacional para conocer el consumo de drogas.
La AGN también habla de esto: “Los estudios no son comparables, se diferencian en metodologías, aspectos de muestreo, modalidad de realizar la entrevista e instrumento de recolección de información”.
Una diferencia más: el comité científico que propuso Aníbal Fernández impulsa la “no criminalización” del pequeño consumidor y el proyecto de Reforma Integral a la Ley de Estupefacientes, donde la Sedronar –inclinada más a la penalización– no está incluida.
La desorganización nacional es más grave por el contexto. Según los datos de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, la Argentina es la capital latina de la cocaína y la segunda del “paco” (la primera es Chile). El porcentaje de consumidores de cocaína es de 2,6%, unos 600.000 usuarios, sólo por debajo de los Estados Unidos y de España (3%).
Desvío en becas. El informe de la Sindicatura General de la Nación tiene un apartado especial –“Programa de Becas”– donde revela que el 40% de los becarios no hace trabajo de calle en prevención y asistencia, como debería, sino tareas de prensa, ceremonial o recepción.
Otras deficiencias: becados con “remuneraciones por encima del máximo” y “ninguno recibe un comprobante de pago”; legajos incompletos, sin rastros de entrevista previa, sin certificado de salud, sin currículum, sin fotocopia de título universitario o de proyecto de investigación.
El caos en la Sedronar viene arrastrándose desde Alberto Lestelle y Gustavo Green. Siguió con Julio César Aráoz. Luego llegó Eduardo Amadeo. Le siguió Wilbur Ricardo Grimson. Y ahora Granero, ex subdirector del PAMI hasta que en 2004 dejó el cargo en medio de un escándalo por supuestas fallas en el 90 por ciento de los contratos y por intensas pugnas de poder con la en aquel momento ministra de Salud, Graciela Ocaña.